Un 26 de febrero como éste caía abatido en Sanford, una pequeña población en el centro de la Florida EUA, Trayvon Martin, un joven afroamericano de 17 años que había salido a la tienda a comprar un refresco.
A su regreso a la residencia de la novia de su padre, donde estaba de visita, el joven llamó la atención de George Zimmerman, de 28 años, y miembro de una patrulla civil del vecindario.
Zimmerman consideró que el joven, quien igual que muchos de su edad llevaba puesta una capucha, era “sospechoso” y, en contra de las indicaciones de la policía con quien se había comunicado, decidió seguirlo y cuestionarlo.
No se sabe exactamente qué sucedió, solo que tuvo lugar un altercado tras el cual George Zimmerman mató a Martin de un disparo en el pecho con una pistola de 9mm.
Zimmerman alega que fue defensa propia — que el joven estaba golpeándole brutalmente en contra del pavimento.
Inicialmente, las autoridades de Sandord dejaron libre a Zimmerman en base a la ley “Hold your Ground”, que justifica el uso de armas de fuego en situaciones de peligro de muerte.
Pero la indignación nacional e internacional obligaron a que se formularan cargos por homicidio contra Zimmerman, quien fue detenido, permaneció un tiempo detenido y ahora está libre bajo fianza.
El caso polarizó al país con marchas y movilizaciones de quienes exigían el enjuiciamiento de Zimmerman, por un lado, y donaciones y apoyo de quienes aseguraban que no hizo nada contra la ley.
Muchos consideran que el único crimen de Trayvon Martin fue haber nacido de raza negra en una sociedad racista.
Otros sostienen que se Zimmerman actuó en defensa propia.
El juicio de George Zimmerman debe iniciarse el 10 de junio.
Hoy los padres de Trayvon Martin recuerdan a un hijo con toda una vida por delante que murió de un balazo porque alguien lo consideró “sospechoso”.