Si le da por cavar un túnel en la playa, mejor que no alcance una profundidad que requiere de una pala. Porque si se derrumba le puede costar la vida, como a David Frasier, de 49 años y a otras 500 personas entre 1999 y 2010.
Frasier disfrutaba sus vacaciones en Outer Banks, Carolina del Norte.
Había cavado dos agujeros de unos 6 pies de profundidad (1.82 m) cada uno. Decidió unirlos. Se derrumbaron sobre él. Aunque sus familiares intentaron rescatarlo, falleció al cabo de unos 15 minutos.
Este tipo de accidentes no son del todo escasos, dijo un funcionario del CDC.
Gracias: Allie Jones, Gawker
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