Bernie_Sanders_SigueEn los Estados Unidos de Donald Trump, un socialista judío podría ser el candidato presidencial del partido demócrata — piense Ud. lo que ésto significa.

Luego de ganar en el estado de New Hampshire, registrando así su segunda victoria en dos elecciones primarias, queda más evidente la creciente preocupación del oficialismo demócrata ante la posibilidad de una plataforma de izquierda, con matices social demócratas como alternativa a la actual política ultraderechista impulsada por Trump.

Esto comenzó a verse desde hace meses cuando reencaucharon a Joe Biden y lo postularon como pre candidato, ubicándose en primer lugar en las encuestas. Pero Biden no despegó.

Ahora los mismos líderes demócratas, apoyados por gran parte de los medios que se dicen de “centro”, están apostándole a Pete Buttigieg, alcalde de un pueblito en Indiana, y Amy Klobuchar, senadora por Minnesota. Si no funciona ninguno de ellos, tienen otro comodín: Mike Bloomberg, cuya reino en New York entregó a la ciudad a los milmillonarios, e implementó una política de mano dura contra las minorías negra, latina y asiática de la ciudad.

En el proceso, los demócratas, están minimizando la proeza política de Bernie Sanders, abiertamente socialista, cuyas huestes han logrado recaudar dinero, movilizar votantes y organizar enorme apoyo entre la juventud.

No pasa día en que uno u otro comentarista critique las propuestas de Sanders: Educación gratis, seguro médico para todos, derechos para migrantes y sus familias, alto al racismo y la xenofobia. ¿Quién va a pagar por eso?, dicen. No hay dinero. Promersas utópicas, sugieren

Le dicen extremista. Radical. Lo acusan de polarizar (¡como si el país no estuviera ya polarizado!). Dicen que es “imposible de elegir”, olvidando los oficialistas que fueron ellos quienes impulsaron candidatura de Hillary Clinton en 2016 que permitió el ascenso de Donald Trump.

Ayer en la emblemática elección primaria de New Hampshire, y tal como lo predijeron los encuestadores, Bernie Sanders ganó las primarias de New Hampshire. Por segunda vez consecutiva — en 2016 había ganado. Ello le dio la primera victoria clara de la temporada primaria después del caos en Iowa la semana pasada.

Los otros resultados de New Hampshire muestran que Pete Buttigieg ha ganado el segundo lugar, Amy Klobuchar sube al tercer lugar, dejando a los ex candidatos Elizabeth Warren y Joe Biden en cuarto y quinto lugar.

Sanders y Buttigieg recibirán nueve delegados cada uno. Klobuchar obtiene seis y Warren y Biden ninguno.

Andrew Yang y Michael Benet se retiraron del concurso después de obtener resultados decepcionantes el martes, mientras que otros, incluido Tom Steyer, no tuvieron un gran impacto. Algunas conclusiones:

  • Minimizar a Bernie. Sanders ahora es el claro favorito, luego de recibir alrededor del 27% de los votos, lo cual es un mínimo histórico, escriben Lisa Lerer y Shane Goldmacher en el New York Times. La critica es que ganó por menos margen que en 2016 — omitiendo que en ese año había solo dos candidatos. Esta vez fueron media docena.
  • Klobuchar gana impulso. La senadora de Minnesota había sido considerada desde hace mucho tiempo como poco probable, pero tras el debate el viernes aumentó el interés en ella entre los votantes indecisos, escribe Aaron Blake en el Washington Post .”New Hampshire debería al menos darle una plataforma en esta carrera en las próximas semanas, algo que no siempre obtienen los candidatos que no consiguieron un lugar entre los tres primeros”, escribe.
  • Buttigieg mira hacia el futuro. Buttigieg también tiene impulso después de su resultado en Iowa y el segundo lugar en New Hampshire, escribe Lauren Gambino en el Guardian. “Con un perfil nacional más alto y una operación de recaudación de fondos más sólida, Buttigieg está quizás mejor preparado para capitalizar el impulso de las primeras elecciones estatales”, escribe. “Pero no ha podido demostrar que puede ganar el apoyo de los votantes negros y latinos que serán críticos en los próximos días”.
  • A Biden le puede haber llegado la hora. Biden predijo que perdería en New Hampshire y abandonó el estado antes de que salieran los resultados. Si bien el equipo de Biden asegura que le irá muy bien en Carolina del Sur y logrará salvar su candidatura, no hay duda de que el quinto puesto, que siguió otro mal desempeño enn Iowa, no es una buena señal para un candidato que hace campaña por su capacidad de ser elegido, escribe Niall Stanage en The Hill. “Hay señales de que la posición de Biden con la comunidad afroamericana está disminuyendo. Si eso sucede, es probable que el ex vicepresidente termine el juego”.
  • Se demorona Elizabeth Warren. Ryan Lizza, en Politico, considera que el colapso de Warren es aún más sorprendente que el de Biden, ya que New Hampshire parecía ser un territorio muy favorable. Pero Lizza aún no la está descartando: señala que ella tiene una fuerte operación de recaudación de fondos y organización, así como fuertes calificaciones de favorabilidad, que “podrían resucitar si los votantes no logran consolidarse alrededor de uno de sus oponentes y regresar con ella”.
  • Milmillonario Bloomberg podría comprar la presidencia. La decisión de Michael Bloomberg de abstenerse en los primeros cuatro estados y centrarse en el Súper Martes fue riesgosa, pero podría estar dando sus frutos, señala Stanage en The Hill. “La única oportunidad real de Bloomberg siempre ha involucrado a Sanders emergiendo como el favorito, moderados asustados por sus posibilidades contra Trump y nadie más reclamando el manto centrista”, escribe. “Eso es exactamente lo que parece estar sucediendo”. New York Times.

Lo que queda claro es que el oficialismo demócrata en EUA — la gente que al postular a Hillary Clinton para la presidencia en 2016 — está empeñada en impedir la candidatura de Bernie Sanders. La pregunta es, ¿le temen tanto a la agenda social demócrata de Bernie como para permitir la reelección de Trump? ¿Lo permitirá el electorado?