¿Será un error ortográfico y que la carta va a una organización de caridad? ¿Será una broma?
Pero esta pareja neoyorkina ha dejado de preguntarse por qué tantas cartas de niños dirigidas a Santa Claus terminan en su buzón.

Inicialmente no sabían que hacer con ellas, luego decidieron reclutar ayuda entre familiares y amigos para responder el mayor número de ellas antes del 25 de diciembre.

Santa Claus no vivirá en Chelsea, New York, en la calle 22, pero dos de sus ayudantes definitivamente sí. Este es el espíritu navideño, capturado en este video cortesía de The New York Times.

Foto pantallazo