Violación de la indiaLa brutal violación por una pandilla de hombres en un poblado al norte de la India de una joven de 16 años ha obligado a esa nación a debatir el problema de la violencia sexual contra las mujeres y la impunidad que gozan muchos hombres con las mujeres de castas inferiores.

Informa Jim Yardley en el New York Times que recientemente en Haryana un grupo de hombres altamente intoxicados violaron durante tres horas a una estudiante de la casta Dalit (antiguamente conocida como los “Intocables”) de 16 años.

Dice que grabaron con sus teléfonos video del acto de barbarie como una “especie de trofeo”.

La amenazaron a muerte si decía algo y ella mantuvo el silencio durante algún tiempo, apunta.

Sin embargo, agrega el Times, circularon las imágenes de la violación hasta llegar a donde el padre de la víctima, quien cometió suicidio.

(En la India, como en muchas partes del mundo, una violación puede considerarse como causa de vergüenza para la víctima o su familia).

Con el suicidio del padre, la familia decidió protestar y reportaron el crimen, exigiendo castigo para los violadores.

“La respuesta inicial abarcó desde la denuncia a los medios hasta la inculpación de la víctima”.

Otros funcionarios descartaron la acusación, diciendo que el 90% de las violaciones a mujeres comienzan como sexo consensual.

Comentó Sube Singh, anciano de la aldea, dijo en un reportaje televisado: “Creo que las niñas deberían estar casadas a los 16 años para que tengan esposos para sus necesidades sexuales. Así no tendrían lugar las violaciones”.

Las violaciones de mujeres por pandillas, apunta el Times, han aumentado en un 25 por ciento en seis años, impulsadas por un exceso de hombres jóvenes desempleados, drogas y alcohol.

En esa región, la población de varones es superior a la de mujeres porque muchos padres optan por abortar los embarazos con bebés de sexo femenino.

Sin embargo, el caso de la joven Dalit de Haryana ha disparado una serie de reportajes e investigaciones, obligando a una sociedad a discutir con un crimen brutal, común y hasta hoy día aceptado.

Ocho individuos de la casta Jat han sido detenidos, dice el Times, de los cuales siete han confesado.

La víctima, sin embargo, está viendo cómo reconstruir su vida fuera de su poblado, porque allí de ahora en adelante llevará el estigma de haber sufrido un crimen.

Artículo en inglés