Violada, encarcelada y ahora obligada a casarse con su violador, ¡¡hasta qué punto se puede golpear a un ser humano??
Escribe Alissa J. Rubin en el New York Times sobre el trágico caso de Gulnaz, una mujer afgana, víctima de una violación sexual y encarcelada ha recibido un perdón presidencial bajo la condición de que se case con su atacante.
Dice que después de ser violada por un familiar, fue encarcelada (ella, no el violador) bajo acusaciones de adulterio.
No solo eso: su caso había aparecido en un documental el cual la Unión Europea había impedido que se hiciera pública bajo temor de enturbiar relaciones con Afganistán.
La película prohibida, “In-justice: The Story of Afghan Women in Jail”, que el New York Times ha visto, muestra a tres mujeres afganas presas. Una de ellas es Gulmaz, que en aquel entonces tenía unos 19 años y en la cárcel dio a luz al hijo de su violador, tras haber recibido una sentencia de tres años. En su segundo juicio, le fue aumentada la condena a 12 años pero un juez ante las cámaras ofrece una salida: casarse con su violador.
Agrega que la repugnancia que ha causado el caso condujo al presidente Hamid Karzai a ofrecer un perdón, algo que no sucede muy frecuentemente.
Pero el perdón tenía una condición: que la víctima contrajera matrimonio con su violador.
Ahora funcionarios del gobierno afgano dicen que el matrimonio fue por decisión de Gulnaz.
