Hay tres hechos indisputables en Charlotte, Carolina del Norte. Keith Scott de 43 años de edad fue ultimado el martes. Un policía lo mató. Centenares de personas se han movilizado en contra de la policía.
Ahora las autoridades han asegurado en repetidas ocasiones que Scott tenía un arma. Los residentes del área y familiares de Lamont dicen que era un libro.
La muerte fue grabada y difundida por la hija de Scott.
Por dos días seguidos cientos de personas han salido a las calles enfrentándose a la policía, que han respondido con gases lacrimógenos, balas de caucho, y granadas aturdidoras y spray de pimienta para dispersar a los manifestantes.
El miércoles en la noche, un manifestante fue herido de gravedad. No se sabe quién le disparó.
El gobernador ha declarado estado de emergencia.
La familia del difunto, en una declaración, lamentó que “tenemos más preguntas que respuestas sobre la muerte de Keith”.
También esta semana fue ultimado por la policía Terence Crutcher, quien tenía las manos en alto y no estaba armado. El video que el departamento de la policía ha hecho público ha encendido nuevamente el debate nacional sobre la violencia policial contra las comunidades negras y afroamericana. Un conteo por el periódico The Guardian indica que para el 22 de septiembre 2016, casi 800 personas en su gran mayoría afroamericanas han muerto a manos de la policía de EUA.
