Las agresiones sexuales en el ámbito universitario son centro de atención. La Universidad Brown es blanco de críticas por permitir a un estudiante que violó y estranguló a una compañera de clase retornar a la universidad tras lo que constituiría una suspensión de un semestre. La víctima, Lena Sclove, dijo que su agresor fue hallado “responsable” de “comportamiento sexual inapropiado” por parte de una comisión universitaria; sin embargo, se le permitirá regresar en otoño. Rodeada de quienes la apoyan, Sclove describió las heridas que sufrió durante el ataque.
Lena Sclove expresó: “Como resultado del estrangulamiento, tuve una herida en la columna cervical, en mi cuello. Es muy común que heridas traumáticas como esta tarden varios meses en manifestarse. No pude caminar durante casi dos meses, durante enero y febrero. Estaba postrada en una cama y me vi obligada a tomar licencia médica. Por lo que perdí un semestre de libertad, y ahora mi próxima oportunidad de retornar como estudiante, de matricularme en Brown, es en el mismo semestre que al violador se le permite regresar y matricularse aquí en Brown… Creo que la administración debería haberme agradecido por mantener la universidad a salvo. Pero en lugar de ello, lo mantienen a él a salvo”.
Brown no es la única universidad de la Ivy League que enfrenta críticas por la manera en que maneja las agresiones sexuales. Estudiantes de las universidades de Columbia y Harvard han entablado demandas en las que acusan a sus universidades de violar leyes federales al no proteger adecuadamente a las víctimas ni castigar apropiadamente a los agresores. El mes pasado una estudiante de Harvard publicó una carta abierta titulada: “Querida Harvard, tú ganas”. En la misma describe su batalla sin éxito para lograr que la persona acusada de agredirla fuera expulsada de su residencia.
