Missouri_missile_BGM-109_TomahawkCon la posibilidad cada día más real de tenga lugar un ataque contra Siria, en EUA el debate ocupa la atención del público.

Hasta el momento, las encuestas indican que una pluralidad de estadounidenses se oponen a cualquier ataque. Esto pone presión en los congresistas de ambos bandos, quienes han sido asediados por un clamor ciudadanos en contra de más intervenciones.

Para el 6 de agosto, en el congreso las cosas no iban demasiado bien para el presidente Barack Obama, que piensa dirigirse a la nación el martes entrante.

Una tabulación de la intención de votos en la Cámara de Representantes que mantiene The Huffington Postdaba 217 votos en contra y solo 42 a favor. Para que pase la autorización se requieren 217 votos. La votación tendrá lugar la semana entrante.

Por el otro lado, se nota una confluencia de opiniones en contra del ataque contra Siria que abarca toda la gama — desde la extrema derecha hasta la izquierda del país.

Escribe Pat Buchanan, conocida voz de la derecha aislacionista, en una columna titulada “¿De quién es esta guerra?”

¿Se ha llegado a esto? ¿Soldados, marinos, infantes de marina y aviadores estadounidenses serán los mercenarios de los jeques, sultanes y emires, Hessianos del Nuevo Orden Mundial, contratados para realizar las grandes matanzas por Arabia y miembros de la realeza suní?

[…]

Respecto al debate en esta guerra, hay un aspecto absurdo.

Se nos dice que debemos castigar a Assad por matar sirios con gas, pero no queremos que el régimen de Assad caiga. Lo que plantea una pregunta: ¿Cuántos sirios debemos matar con misiles para enseñarle Assad que no puede matar más sirios con gas? La artillería, está bien. Pero el gas no.

¿Cuántos sirios debemos matar para recuperar la credibilidad de nuestro aturdido presidente que ahora dice que él no estableció la “línea roja” sobre las armas químicas; sino que el mundo los hizo cuando se prohibió ese tipo de armas.

La idea de lanzar misiles basado ​​en evidencia que no será revelada sobre el uso de Siria de armas químicas, ataques que harán avanzar la causa de los terroristas de Al Qaeda que mataron a 3.000 de nosotros y están ansiosos por matar a más, sería un acto de una estupidez tan paralizante no se puede creer que incluso esta gente lo cometería conscientemente.

Artículo completo de Pat Buchanan

Al otro extremo, la revista de la izquierda liberal The Nation publica un editorial en contra de la guerra.

Existen razones tanto prácticas como humanitarias para oponerse a la acción militar. A nivel práctico, hay pocas posibilidades de que los ataques aéreos limitados tengan un gran efecto disuasorio sobre un régimen despiadado que se ve a sí mismo como comprometido en una lucha existencial por su supervivencia. De esta manera, los ataques aéreos iniciales podrían chupar fácilmente a Washington en lo que el experto en el Medio Oriente Fawaz Gerges ha llamado “un parque infantil para los mercaderes de la muerte”. Convertiría a EUA en participante directo en un conflicto sectario regional, desestabilizando aún más a Jordania, Líbano, Iraq y Turquía, todos los cuales han sido afectados por el vórtice de Siria. Acercaría aún más a Washington y fortalecería un frente rebelde caótico ahora dominado por extremistas yihadistas estrechamente vinculados a Al Qaeda en Irak; y aumentaría las posibilidades de conflicto directo entre EUA y Rusia, Irán y Hezbollah, todos los cuales están decididos a evitar la caída de Assad.

En el plano humanitario, existe una gran posibilidad de que los ataques aéreos de EUA, no importa cuan “quirúrgicos”, van a matar civiles inocentes. Muchos de los misiles del régimen de Assad y las baterías de artillería están ubicadas en distritos densamente poblados, y algunos tienen defensas aéreas formidables, lo que podría dar lugar a muchos errores graves (en la guerra de Kosovo de 1999, unos 500 civiles murieron por una campaña de bombardeos de la OTAN que se pretendía salvar vidas). Ataques aéreos estadounidenses podrían empeorar lo que ya es una desastrosa crisis de refugiados. De hecho, una de las cosas más constructivas que EUA podría hacer para aliviar el sufrimiento de los sirios sería aumentar considerablemente la ayuda a los 1.9 millones de refugiados que han inundado allá de las fronteras del país.

En lugar de bombardear Siria, EUA debe unir esfuerzos con Rusia para renovar las negociaciones de Ginebra. Moscú y Washington están en conflicto en torno a Siria, pero comparten un interés en no extender la guerra ni fortalecer los extremistas yihadistas. Ya es hora de que ambas potencias acepten que ni Assad ni los rebeldes van a ser derrotados en ningún momento pronto. Ahora no es posible un acuerdo de paz, pero si EUA y Rusia trabajan juntos, se podría usar su influencia combinada para cortar el flujo de armas desde el exterior y contener el conflicto a medida que trabajan en pos a un alto el fuego. Si no lo hacen, la desintegración de Siria se extenderá por toda la región.

Por otro lado, si bien las voces en pro de la guerra se escuhan menos, en este campo también coinciden los llamados neoconservadores, los arquitectos de la guerra en Irak en el 2003, con muchos de los que se opusieron a dicha intervención y que hoy día forman parte de la administración Obama.

¡Extraño es el mundo de la política!

Encuestas

Tabulación intención de votos congreso EUA

Columna completa Pat Buchanan

 

Editorial completo The Nation

Foto: Wikipedia