Los unos lloran, los otros sonríen, otros parecerían aburrise. Pero todos se tomaron unos minutos para sentarse en frente de Marina Abramovic, la artista del “performance” en su exposición retrospectiva, “La artista está presente” en el Museo de Arte Moderno en New York.

Esta exposición, del 14 de marzo al 31 de mayo, es la primera vez que se incluye “performance” (representación) en la prestigiosa institución neoyorkina. Ocupa dos pisos donde pueden apreciarse 40 años de trabajo, mediante la reconstrucción de previas exposiciones, que combinan multiples medios, fotos, video, recuerdos.

Justo a la entrada, está la artista en persona, en un amplio espacio iluminado, sentada frente a una mesa, con un vestido rojo, su pelo negro trenzado. La silla al frente está vacía, y allí puede sentarse quien desee por el tiempo que lo deseen. Así cada espectador entra a formar parte de la obra. Unos lo hacen por cinco minutos, otros por más: una mujer lo hizo todo un día, desde que abrió el museo hasta que cerró.

El verdadero impacto, el cual el mundo puede apreciar, es la colección de fotografías de cada uno de los participantes, capturadas por la cámara de Marco Anelli.

Aparecen los famosos, como Sharon Stone y Rubus Wainwright, lado a lado con el resto de nosotros. Todos ocupando la misma silla, mirando lo mismo (la artista), cada uno creando su propia obra de arte por el tiempo que dure su participación.

Al ver todos los rostros, su belleza nos impacta. No fueron elegidos por un director de arte, buscando cierta estética para crear una diversidad ficticia. No están posando. Son gente común y corriente. Su normalidad nos reconforta, su cantidad nos cubre de humildad.

La belleza de esta diversidad no tiene nada que ver con nuestras obsesiones: raza, cabello, eded, género. La belleza es la de cada individuo. Cientos de personas, cada una, cada cual, su propio mundo, sin categoría en que puedan encajar.

Haya sido o no parte de su visión el presentar las fotografías, ellas capturan la esencia de la obra, nos atreveríamos a decir casi con el mismo impacto que la experiencia viva.

Fotos de Marco Anelli, cortesía de MoMa via Flickr.