Sean Spicer, Primer Secretario de Prensa de Trump en “Dancing with the Stars”

Circulan por diversos circuitos los currículos de integrantes de la administración Trump que ven cada día más reales las probabilidades de que queden desempleados el 21 de enero 2021. 

Como señala Jacqueline Alemany en The Washington Post, no es fácil. Muchos vienen contagiados con un olor particular, el Trumpstink, que cierra más puertas de las que abre. 

Las llamadas no reciben respuesta. 

Las ofertas no llueven.

Republicanos que ahora trabajan con compañías de Fortune 500 coinciden en que cualquier defensa pública de Trump sobre raza e inmigración — los temas candentes en los que Trump ha apostado su presidencia — son las posiciones públicas más problemáticas para aquellos que buscan trabajos corporativos.

Mientras más visibles sean, más difícil será que los contraten, dice. Tal podría ser el caso de Stephen Miller, arquitecto de la política de inmigración y la separación de las familias. 

En la administración que ha sufrido más cambios de personal en la historia reciente, algunos antiguos asesores han terminado con empleos como comentaristas en plataformas conservadoras — desde Fox, que tiene una enorme audiencia, a Newsmax, que se considera casi una secta. 

Uno de los primeros en salir fue Sean Spicer, secretario de prensa de la administración, quien se hizo famoso por sus enfrentamientos con los periodistas desde su primer día, cuando abiertamente mintió sobre el número de personas presentes en la inauguración de Trump. 

Bajo otras circunstancias, un ex secretario de prensa tendría una amplia gama de posibilidades de empleo. Pero Spicer ha tenido que hacer de todo un poco — incluso participar en el programa de TV “Dancing with the Stars”, en que fue objeto de ridículo durante semanas.

Otros no han tenido tantos problemas.

Lo que deja claro la nota es que muchos en la Casa Blanca han comenzado a sentir que se les hunde el barco.