Para la administración Obama, es un villano a quien le han formulado cargos criminales.
Para la prensa mundial, ha sido el que destapó la caja de Pandora del programa de vigilancia masiva y generalizada más grande que se haya visto en la historia.
Para los aliados de EUA, ha sido fuente de roces diplomáticos al hacer público que el espionaje les afectaba a ellos también — como naciones y como individuos.
Y para la National Security Agency, Edward Snowden es el mismo coco que les ha delatado, obligándolos a defender y, al menos justificar, programas multimillonarios que importantes juristas han llamado “orwelianos” y en probable violación de la Cuarta Enmienda de la Constitución de EUA.
Desde algún sitio en Rusia, nación que le otorgó asilo temporal, Edward Snowden dijo al Washington Post que él considera cumplida su misión personal.
En conversación más de 14 horas con Barton Gellman, uno de los primeros periodistas que Snowden contactó con la información que sustrajo de la NSA y quien ha escrito ampliamente sobre los secretos hechos públicos por el joven técnico, dijo:
“Ya gané. Tan pronto los periodistas comenzaron a trabajar, todo lo que yo estaba intentando hacer se validó. Recuerde usted que mi misión no era cambiar la sociedad. Quería darle a la sociedad la oportunidad de determinar si quiere cambiarse a sí misma”.
Según dijo Snowden al Washington Post, él había advertido a sus superiores en la NSA sobre sus preocupaciones por los masivos volúmenes de datos recolectados sobre los estadounidenses.
Dice que sus colegas quedaban “atónitos al enterarse que en EUA se recopila más información sobre estadounidenses que en Rusia sobre los rusos”.
Muchos quedaron alarmados y sencillamente no quisieron saber más, dijo.
Respecto a la acusación de que actuó al margen de los canales internos de la organización, asegura Snowden que intentó seguirlos “Les pregunté, ‘¿Qué creen ustedes si el público si esto apareciera en las primeras planas?'”
Al no recibir respuesta satisfactoria, optó por llevar la información a la prensa, dijo.
Snowden compara los poderes de la NSA con los de las autoridades británicas en los días coloniales en EUA cuando con “ordenes generales de arresto” permitían las requisas a cualquiera.
“La última vez que esto pasó”, dijo. “Hubo guerra en contra de ello”.
Snowden explica que mientras que es verdad que la empresa privada recoge enormes volúmenes de información de los estadounidenses, el gobierno EUA es el que tiene el poder para privar a alguien de su libertad, algo que no tienen las compañías. “Lo único que yo perseguía es que el público pudiera decidir cómo se nos gobierna”, dijo.
Es por ello que Edward Snowden, el filtrador de la NSA, considera que su cruzada ha sido exitosa.
La cadena de efectos [de las revelaciones de Snowden] ha alcanzado el Congreso de EUA, los tribunales, la cultura popular, Silicon Valley y las capitales del mundo. La estructura básica internet está ahora en cuestión, ahora que Brasil y miembros de la Unión Europea estudian las maneras para mantener sus datos fuera del territorio de EUA y los gigantes estadounidenses de tecnología como Google, Microsoft y Yahoo toman medidas extraordinarias para bloquear la recogida de datos por su gobierno.