La masacre en la plaza Nisur, en Bagdad, donde en octubre del 2007 mercenarios de la compañía Blackwater mataron a 17 civiles ha sido comparado a la masacre de My Lai en Vietnam en 1968.
Hoy día, escribe Matt Apuzzo en el New York Times, una sarta de errores por parte de la fiscalía ha puesto en peligro el caso del gobierno de EUA contra los presuntos asesinos, aumentando la percepción que en Iraq los mercenarios estadounidenses mataron con impunidad.
El incidente en la plaza Nisur, junto con la masacre por los Marines de 24 civiles en Haditha y los abusos en la cárcel de Abu Ghraib llegó a simbolizar de la intervención de EUA en Iraq, dice el Times.
Cinco mercenarios fueron impugnados bajo encausados bajo cargos de homicidio en tercer grado y violaciones de armas; otro más accedió a testificar contra sus colegas, explica el Times.
Pero la fiscalía ha cometido una serie de torpezas, dice el Times, incluyendo permitir que se venciera el estatuto de limitaciones contra Nicholas A. Slatten, antiguo francotirador del ejército y presunto autor de los primeros disparos.
Ante las protestas de la fiscalía, Slatten fue puesto en libertad, con lo cual el Departamento de Justicia formuló nuevos cargos, esta vez de homicidio en primer grado, “al cual no aplica el estatuto de limitaciones pero la carga de las pruebas es mucho más pesada”.
El equipo de fiscales ha sido reemplazado en su totalidad y dos de los que iniciaron el proceso están bajo investigación, dice el Times.
Al mismo tiempo, el tribunal ha denunciado al gobierno por su conducta irresponsable en que ha permitido que se incumplan plazos, ha perjudicado la evidencia y violado los derechos de los sindicados.
Mucho indica que probablemente el gobierno de EUA perderá el caso indica el Times.
