ZombieAnelosimus octavius, una especie de araña que vive en las selvas de Costa Rica, exhibe un comportamiento que Carl Zimmer en el New York Times compara al de un zombi.

De vez en cuando, dice, estas arañas adaptan sus propias telarañas para construir la vivienda de una avispa parasítica que vive dentro de ellas. “Luego, al morir la araña — un arquitecto zombi cuyo cerebro ha sido secuestrado por un parásito invasor — de su cuerpo sale la larva de la abispa, que ha venido desarrollándose todo este tiempo”.

Al nacer la larva, la telaraña ha sido alterada para protegerla.

Dice el New York Times que este tipo de relaciones son relativamente comunes en la naturaleza. “Virus, hongos, protozoos, avispas, solitarias y un extenso número de otros parásitos pueden controlar los cerebros de sus hospedadores y conseguir que ellos hagan su voluntad”.

Este tipo de “zombis de la naturaleza: es el tema de la edición actual de Journal of Experimental Biology que trae numerosos ejemplos de ellos, y además, reseña los avances de la ciencia en entender qué es lo que permite este tipo de comportamiento.

En el caso de la araña y la avispa, explica el Times, esta última debe tener genes que producen proteínas capaces de alterar el comportamiento de su organismo hospedador.

Artículo en inglés

Foto cortesía Welovethedark via flickr