Publicado en inglés el 4 de agosto del 2013 en la revista The Nation bajo el título On Alex Rodriguez and the ‘Best Interests of the Game’. Traducido con autorización especial. Por Dave Zirin.
Creo que en las relaciones laborales no hay tal cosa como estar parado. O se mueve hacia delante o se recula …. El movimiento obrero nunca se detiene. Marvin Miller, director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de la Liga Mayor de Béisbol (MLB), 1966-1982.

Olvidemos por un momento que A-Rod, potencialmente pagará más por “hacer trampa” que Goldman-Sachs, y enfoquemos en los temas de béisbol que están en juego. Rodríguez ha anunciado sus planes de apelar la suspensión. Si lo hace, sin embargo, el Comisionado de MLB, Bud Selig, ha dado su palabra de que hará valer la raramente usada cláusula de los ”mejores intereses para el juego” del acuerdo de negociación colectiva, y no permitirá que el tercera base de los Yankees salga al terreno, mientras que se resuelve la apelación. La MLB podría dar este paso extraordinario porque considera que las violaciones de A-Rod se ajustan al castigo. Le están diciendo a los periodistas que tienen evidencia de que A-Rod no solo era un cliente de Biogenesis, la dudosa clínica en el sur de la Florida de tratamientos contra el envejecimiento y esteroides, que está al centro de esta investigación, sino que también reclutó a jugadores para Biogenesis y trató de comprar la evidencia de su propietario, Anthony Bosch, ahora un testigo que coopera plenamente con la MLB.
Hay pocas personas que van a llorar por Alex Rodríguez. A diferencia de Barry Bonds, el último “niño de cartel” quemado por la Liga Mayor y sus socios en los medios de comunciación por usar PED, fuera de las personas en su nómina, A-Rod no tiene a nadie en su esquina. Él no tiene una base recóndita de fanáticos, como Bonds en San Francisco. No tiene compañeros de equipo que considereamigos cercanos. Carece de cualquier tipo de atractivo antihéroe intrigante. Como dijo su biógrafo Selena Roberts, “Él es conocido como el Hollowman“. A partir de imágenes como esas, de su pintura sobre en su cama como un centauro, su imagen pública es la un narcisista de la peor clase: la “chica mala” tan insegura de si misma que termina haciendo cruelmente alarde de su narcisismo. Es la versión masculina del personaje de Charlize Theron en Young Adult. No es un arquetipo que envejezcabien.
La falta de apoyo para A-Rod, sin embargo, es exactamente lo que le hace vulnerable para Bud Selig. Y esta es precisamente la razón por la que la Asociación de Jugadores de la Liga Mayor de Béisbol, tiene que luchar con todo contra esta suspensión. Los sindicatos no son clubes de fanáticos. No son organizaciones de los justos, los puros o los políticamente perfectos. Si van valer la pena, en el béisbol o en cualquier lugar, tienen que ser la más amplia de las grandes iglesias: las instituciones que defienden a sus miembros más repugnantes, porque entienden que la franse “un ataque contra uno es un ataque contra todos” es más que un lema en una camiseta. Si un jugador no puede salir al campo mientras apela una suspensión, ello también priva en su totalidad el proceso de apelación, y si Bud Selig puede salirse con la invocación de la cláusula de los “mejores intereses del juego” en el caso de A-Rod, acto seguido, establece un precedente y nadie queda a salvo.
Es en momentos como este que, Michael Weiner, el director ejecutivo de la MLPA, tiene que preguntarse, “¿Qué habría hecho Marvin?” ¿Qué acciones el finado Marvin Miller, el hombre que construyó la MLPA como un sindicato combativo, llevaría a cabo? El punto de partida para Miller sería, creo yo, denunciar despiadamente la hipocresía de Bud Selig en el caso contra A-Rod. Diría, como Dan Dickey (@ hoopsnerd) señaló en Twitter, que hay algo extraño acerca de una situación en la que “la MLB pagó a un traficante de drogas por su información [y] entonces considera una suspensión de por vida a A-rod por tratar de pagar a un traficante de drogas por información“. También comentaría sobre lo absolutamente extraño que es paraBud Selig sermonear acerca de “los mejores intereses del juego” respecto a las sustancias dopantes. Preguntaría como se puede confiar que el comisario que estaba a cargo cuando jeringas totalmente cargadas circulaban festivamente en los vestuarios en la década 1990 ahora se vaya a “limpiar el juego”. Él se preguntaría por qué no hay sanciones para el equipo por el uso de esteroides. Él cuestionaría por qué no son multados ni sancionados los dueños cuando sus clubes se convierten en clínicas de PED. Se preguntaría por qué las ganancias de la era de los esteroides en el béisbol fluyeron a los propietarios pero las sanciones han recaído sobre los jugadores.
Miller no era un fanático anti-PED. Cuando se le pidieron sus opiniones en el 2009, dijo que pensaba que el béisbol y las preocupaciones del Congreso acerca de los esteroides eran realmente una “caza de brujas anti-sindical”. Dijo que no creía que la grandeza en el campo podía venir de una “píldora mágica”. Dijo que no habría apoyado aumentos en las pruebas de dopaje incluso si los jugadores las exigían porque “un liderazgo no puede solo hacer una encuesta sobre lo que quiere membresía. También tiene que juzgar si es en el mejor interés de las personas que representa”. En cuanto a la intervención del Congreso, señaló que un gobierno que otorga subsidios a las grandes tabacaleras, pero penaliza los esteroides es un gobierno cuya brújula moral no era de fiar. Tal vez habría cambiado su punto de vista bajo el peso de la presión colectiva del Congreso, los medios de comunicación e incluso una gran parte de los jugadores. Pero también habría sabido dónde trazar la línea.
Marvin Miller — no me cabe la menor duda — encontraría a Alex Rodríguez personalmente repugnante. Miller apoyó al más débil. Vería las acciones de A-Rod, sus intereses comerciales y su política como la antítesis de los principios a la que dedicó su vida. Pero también creía que la cadena siempre se rompe por el eslabón más débil. Alex Rodríguez es — por cualquier medida — el eslabón más débil, y es exactamente por esta razón que tendría el más sólido apoyo de Marvin Miller. El sindicato, en esa tradición, debe apretar los dientes y apoya a A-Rod.