Análisis StratforPublicado en inglés por Stratfor Global Intelligence bajo el título Turkey’s Challenge and the Syrian Negotiation. Traducido con autorización especial. Por Reva Bhalla. El Ministro de Información sirio al-Omran Zubi criticó duramente al gobierno turco a comienzos de la semana pasada por la propuesta de Ankara de que un gobierno interino reemplazar al régimen de al-Assad, señalando que “Turquía no es el sultanato otomano, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco no nombra a los custodios en Damasco, La Meca, El Cairo y Jerusalén”. Ser el portavoz de un régimen paria requiere un dominio de la propaganda. Al-Zubi no ha decepcionado en este sentido, montando una fuerte ofensiva retórica contra el poderoso vecino al norte de Siria.

Mientras que este su último ataque contra Turquía no va a salvar el régimen de al-Assad (y mucho menos su propia carrera), está tocando en una poderosa historia de la región, que tendrá mayor resonancia en el mundo árabe a medida que Turquía se ve obligada a jugar un papel más activo en la región.

Grandes espectativas en Ankara

Como Ankara está descubriendo, el resurgimiento de una nación puede ser un proceso difícil y rocoso. Las cosas eran más simples para Turquía durante la primera parte de la década pasada, cuando el clima regional permitió a Turquía a resurgir con cautela, con una bandera blanca en la mano y frases como “cero problemas con los vecinos”. La región se ha convertido mucho más implacable, con violentas transformaciones políticas alcanzando las fronteras de Anatolia, Irán presentando una dura competencia por la influencia regional, el resurgimiento de Rusia procediendo a buen paso y EUA perdiendo cada vez más interés en desempeñar el papel de policía mundial. La región está presionando a Turquía a que actúe independientemente de si Ankara está dispuesta a asumir la responsabilidad.

La semana pasada varios ejemplos de las dificultades que presenta el crecimiento de Turquía. Tropas de la frontera turca y siria se bombardearon entre sí después de que fuego de mortero sirio matara a cinco civiles turcos. Aviones de combate turcos despegaron después de que la fuerza aérea siria atacara una ciudad en el lado sirio de la frontera. Tensiones entre Turquía y Rusia también estallaron cuando Turquía interceptó un avión con destino a Siria desde Moscú que presuntamente transportaba equipo radar. Y, nerviosa, Ankara vio como una coalición de grupos kurdos de Siria, el norte de Irak, Irán y Turquía se reunieron en París para discutir las maneras de explotar los cambios en el panorama regional e impulsar una campaña para un Estado kurdo.

Las bases para una negociación

El conflicto en Siria ofrece a la vez una amenaza y una oportunidad para Ankara. Turquía tomó un riesgo cuando se convirtió en el defensor más ardiente y visible de la rebelión siria. Ahora, decenas de miles de refugiados fluyen a través de la frontera con Turquía. La amenaza de una guerra sectaria que se extienda más allá de las fronteras de Siria está presente. Y la exposición de la competencia regional de Turquía con Irán ha elevado la amenaza de una militancia kurdo de ser un punto delicado doméstico a una debilidad que podrían explotar los adversarios regionales como Irán.

Turquía también está monitoreando de cerca una fuerza crítica que ha comenzado a dar forma a la región: el auge de los movimientos islamistas y el descrédito de las políticas de los estados árabes seculares. La transición de la autocracia secular será tumultuosa, pero mientras más influencia tenga Turquía con este movimiento islamista pan-árabe, mejor preparada estará para gestionar su vecindario. De esta manera, se está desarrollando una oportunidad para Turquía en la que podrá potenciar sus credenciales islámicas junto a su capacidad para competir de forma efectiva con Irán y hacer frente a Occidente. Turquía tiene una posición única para dirigir el movimiento islamista, mientras que los movimientos árabes aún requieren del respaldo regional en su desafío a los antiguos regímenes y para mantener a Irán a raya. Pero las actitudes árabes hacia Turquía cambiarán con el tiempo a medida que las expectativas de Turquía sobre su creciente influencia en el mundo árabe inevitablemente entran en conflicto con la visión de la Hermandad Musulmana de un movimiento islamista pan-árabe que sigua su propio camino, en lugar de uno dictador por Ankara.

Turquía tiene varios retos inmediatos. En primer lugar, está tratando de evitar que un vacío de poder en Siria expanda e impulse el separatismo kurdo. En segundo lugar, se está tratando de hacer retroceder la esfera de influencia iraní, mientras que expande la suya al mundo árabe. En tercer lugar, quiere ser tomado en serio como un líder regional. Con todas estas limitaciones, Ankara parece haber optado por hacer frente a esta serie de cuestiones sobre todo a través del diálogo.

Turquía quiere evitar un cambio de régimen en Siria, y no es la única. Ni los estados tratando de mantener su influencia en Siria, como Irán y Rusia, ni los estados tratando de forzar un cambio político en el Levante, como Turquía, EUA, Arabia Saudí, Francia y Qatar, están preparados para superar las consecuencias de la desbaazificación, que desmantelaría el aparato estatal, marginaría a la minoría alauita y hundiría al país más profundamente en la guerra civil. Un creciente consenso centrado en la eliminación de los Assad al mismo tiempo manteniendo en gran medida el régimen ha creado una oportunidad para el diálogo entre EUA y Turquía por un lado y Rusia e Irán por el otro. Teherán y Moscú han utilizado el estancamiento de un mes en el conflicto sirio a borde para abrirse campo en las discusiones sobre un gobierno post-al Assad. Los rusos y los iraníes se han posicionado para un posible acuerdo que facilite una salida para los al Assad y que a la vez requiere un espacio sustancial en un nuevo gobierno para los alauitas, algo que preservaría la influencia rusa e iraní en Siria.

La urgencia de negociar la transición siria está aumentando al igual que parece resquebrajarse uno de los pilares claves que Stratfor ha identificado desde el inicio del conflicto: la cohesión de los alauitas. Recientemente, han estallado enfrentamientos entre clanes alauitas en los bastiones alauitas costeros de Latakia y Qardaha, la ciudad natal del ex presidente Hafiz al Assad. Existe también evidencia que apoya las afirmaciones de que un puñado de oficiales militares alauitas recientemente desertaron del régimen. Deserciones de alauitas claves podrían acelerar en las próximas semanas a medida que menos alauitas ven la supervivencia de los Assad como necesarios para su propia supervivencia.

A medida que continúa debilitándose el clan de al Assad, Turquía ha intentado de unir unas negociaciones ya llenas de complicaciones. Un vistazo a los participantes en la discusión sobre una Siria post-al Assad explica la dificultad.

La dinámica EUA-Irán

El primer diálogo importante para Turquía para mediar es entre EUA e Irán. EUA no tiene interés en iniciar una intervención militar en Siria, a pesar de que se está preparando para la posibilidad de que la inteligencia estadounidense y las fuerzas de operaciones especiales tendrán que encargarse de procurar los arsenales sirios de armas químicas en caso de un colapso del régimen. EUA tampoco quiere participar en una confrontación militar con Irán sobre su programa nuclear. Washington ha, por lo tanto, elegido una estrategia en que Turquía hace la mayor parte del trabajo en Siria, mientras que Washington se centra en el debilitamiento de Irán a través de la presión de sanciones, las operaciones encubiertas y en despliegue de una fuerza militar que presente una amenaza creíble en el Golfo Pérsico. Washington espera obligar a Irán a negociaciones en las que pueda extraer concesiones fuertes de Teherán sobre temas que van desde Siria al programa nuclear iraní.

El tiempo es clave en un ambiente de negociación difícil. El bloqueo económico estadounidense a Irán está empezando a surtir efectos, algo que demuestra la rápida depreciación del rial iraní en las últimas semanas. Funcionarios iraníes afirman que Irán puede sobrevivir las dificultades mucho mejor de lo que muchos piensan, pero el fantasma de la inestabilidad social explotado por las potencias extranjeras claramente tiene un gran peso en Teherán. Irán también no puede olvidar la amenaza de un posible ataque estadounidense-israelí. Aunque las posibilidades de un ataque siguen siendo bajas, el lenguaje bélico ocasional de Israel, más un nivel mucho más alto de preparación militar de EUA en el Golfo Pérsico que sea mucho más difícil para que Irán diga que son amenazas sin substancia. Al mismo tiempo, Irán está observando deteriorarse la situación en Siria y está tratando evitar un escenario en el que el sectarismo de Siria expanda a Irak y ponga en peligro las ganacias de Irán allí. Todo esto no significa necesariamente que Irán está dispuesto a ofrecer concesiones serias, pero Irán está dando indicios de que quiere dialogar con Washington.

Turquía es la facilitadora de ese diálogo. El presidente turco Abdullah Gul y el vicepresidente iraní Mohammad Reza Rahimi, se reunieron la semana pasada, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió con el jefe de Concejo Supremo de Seguridad Nacional de Iraní, Saeed Jalili, a mediados de septiembre. Mientras que el gobierno turco ha mantenido a Washington al tanto de las conversaciones, Irán ha venido suavizando la atmósfera para crear condiciones favorables para la reanudación de las conversaciones sobre su programa nuclear. Observadores de la ONU han informado que Irán está convirtiendo más de un tercio de sus reservas de uranio enriquecido en un 20 por ciento en óxido de uranio en forma de polvo para aliviar las preocupaciones sobre posibles intentos de producir combustible nuclear de grado para armas. El canciller iraní, Ali Akbar Salehi, ha revelado que Irán está tratando de organizar una visita por el jefe de la International Atomic Energy AgencyYukiya Amano a Irán para discutir las posibles dimensiones militares del programa nuclear iraní (aunque las Naciones Unidas aún no han confirmado la visita).

While putting out feelers via the Turks for negotiations with Washington, Iran is also preparing a contingency plan for Syria. Transitioning from a conventional army to an insurgent military force is logical for Syria’s Alawite minority given the crisis’ trajectory. Hints have emerged that Iran is preparing an Alawite militia for use when the al Assads fall with the help of Hezbollah. By creating a strong militant proxy, Iran can try to ensure its interests won’t be ignored should its latest attempts at negotiations with the United States fall through.

A la vez que tantea el terreno a través de los turcos para las negociaciones con Washington, Irán también está preparando un plan de contingencia para Siria. La transición de un ejército convencional a una fuerza militar insurgente es lógico paso para la minoría alauita de Siria dada la trayectoria de la crisis. Han surgido indicaciones que Irán está preparando una milicia alauí usarse con la ayuda de Hezbollah cuando caigan los Assad.  Con la creación de ella, Irán puede tratar de asegurarse de que no se pasen por alto sus intereses en caso de que fallen sus más recientes intentos de negociación EUA.

La dinámica EUA-Rusia

Turquía también debe navegar las intermitentes negociaciones entre EUA y Rusia. Rusia tiene relaciones profundas con los regímenes sirio e iraní y es probable que desempeñe un papel en la salida del clan al Assad a cambio de garantías de influencia en el gobierno remodelado. El presidente ruso, Vladimir Putin, había de llegar a Estambul el 14 de octubre para reunirse con los dirigentes turcos, pero la visita fue pospuesta al 3 de diciembre. La medida en que la detención del avión ruso y las acusaciones turcas de que Rusia está armando el régimen sirio causaran este cambio en el horario aún no están claras, pero Moscú se apresuró a reprogramar la visita para una fecha posterior a la elección presidencial de EUA. Al mismo tiempo, Rusia está tratando de revivir el diálogo con EUA sobre la defensa de misiles balísticos en Europa y la polémica relación de Rusia con la OTAN. El canciller ruso, Sergei Lavrov, aspira a tener una cumbre Rusia-OTAN (que fue cancelada en mayo en medio de intensificación tensiones entre EUA y Rusia) nuevamente reprogramada para finales de año, después de las elecciones estadounidenses.

Parece que Rusia podría estar retrasando las negociaciones sobre Siria hasta que tenga una mejor idea de con quién va a estar negociando en Washington. Del mismo modo, es poco probable que Irán haga alguna concesión sustancial hasta que, también, pueda estar seguro de que el próximo gobierno de EUA observará el el resultado de cualquier negociación potencial. Con estos intereses generales en juego, no hay mucho que Turquía puede hacer para influir en el tiempo y lugar de las negociaciones.

The Other Stakeholders

Israel y Arabia Saudita son dos jugadores claves al margen de esta negociación que conviene mirar de cerca. Israel no es un participante directo en las negociaciones de transición, pero tiene un gran interés en prevenir la desestabilización de su frontera norte y en socavar la fuerza regional de Irán. Israel seguirá confiando en medios encubiertos para tratar de incrementar el dolor que ha causado el bloqueo económico de Estados Unidos contra Irán, pero también buscará un acuerdo con Rusia que aumente el aislamiento de Irán.

Mientras tanto, Arabia Saudita ha estado altamente involucrada en los esfuerzos por fortalecer la rebelión siria, con el fin de socavar su adversario regional, Irán. Aunque Arabia Saudita puede ver el riesgo para la región de que Siria permanezca en un prolongado estado de guerra civil, tampoco quieren ver surgir un mejor entendimiento entre Washington y Teherán a partir de la crisis siria, un entendimiento que podría crear tensiones en las relaciones entre Arabia Saudita y EUA. Si las negociaciones ganan fuerza en los próximos meses, Arabia Saudita puede llegar a jugar un papel crítico.

El desafío para Turquía

Es evidente que estas negociaciones van mucho más allá de Siria. Siria no es más que el punto de partida de una conversación sobre disputas estratégicas más amplias. El desafío de Turquía en la gestión del número de jugadores y los conflicto de intereses en esta negociación puede ser inmenso, pero no se puede encontrar un país más adecuado por la geografía y sus propias necesidades estratégicas para asumir la tarea. Turquía se encuentra en la encrucijada de los numerosos conflictos que tocan estas negociaciones. Y a diferencia de EUA, la proximidad física de Turquía al asunto la priva de la posibilidad de una participación selectiva.

All of this will generate great consternation within Turkey. The founder of modern Turkey, Mustafa Kemal Ataturk, sought to relieve his country from the burdens of the Ottoman legacy in the Islamic world. His vision entailed creating a state based on a national — as opposed to an Islamic — identity and reorienting Turkey toward Europe, where the idea of a nation-state had already taken root. Today, Europe is turning inward, grappling with the revival of the nation-state while clinging to the idea of a supranational union. To Turkey’s south, Pan-Islamism promoted by the Muslim Brotherhood is pricking Turkish historical sensibilities as violent political evolutions compel a reluctant Ankara into action.

Todo esto va a generar gran consternación en Turquía. El fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Ataturk, trató de aliviar su país de las cargas de la herencia otomana en el mundo islámico. Su visión implicaba la creación de un Estado basado en la nacionalidad – en contraposición a uno islámico – la identidad y la reorientación de Turquía hacia Europa, donde la idea de un Estado-nación ya había sembrado raíz. En la actualidad, Europa está girando hacia el interior, luchando con el renacimiento de la nación-estado, mientras se aferra a la idea de una unión supranacional. Al sur de Turquía, el Pan-islamismo promovido por la Hermandad Musulmana está pinchando sensibilidades históricas turcas a medida que violentas evoluciones políticas obligan a Ankara a entrar en acción.

The Syrian information minister strategically exposed this uncomfortable reality in his recent rebuke of Ankara. Turkey is not trying to advertise the re-creation of the Ottoman sphere of influence, but it simply cannot avoid having its actions rekindle memories of Ottoman troops on Arab soil. This memory is seared into the Syrian and Egyptian consciousness, something Turkey’s regional adversaries will exploit in a bid to delay Turkey’s inevitable rise.

El ministro de Información sirio estratégicamente expuso esa incómoda realidad al fustigar recientemente a Ankara. Turquía no está tratando de hacer publicidad sobre la re-creación de la esfera de influencia otomana, pero simplemente no puede evitar que sus acciones reaviven los recuerdos de las tropas otomanas en territorio árabe. Esta memoria está grabada a fuego en la conciencia de Siria y Egipto, algo que los adversarios regionales de Turquía explotarán en un intento de retrasar el inevitable ascenso de Turquía.

Artículo en inglés