GeoPolitical WeeklyPublicado en inglés el 10 de enero del 2013 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “The Crisis of the Middle Class and American Power”Traducido con autorización especial. Por George Friedman, Fundador y Ejecutivo en jefe

La semana pasada escribí acerca de la crisis del desempleo en Europa. He recibido una gran cantidad de comentarios, con los europeos de acuerdo en que este es el problema central y los estadounidenses argumentando que EUA tiene el mismo problema, afirmando que el desempleo den EUA es dos veces superior a la tasa oficial de desempleo del gobierno. Mi argumento en contra es que el desempleo en EUA no es un problema en el mismo sentido que lo es en Europa, ya que no representa una amenaza geopolítica. EUA no se enfrenta a la desintegración política por el desempleo, cualquiera que sea el número. Europa podría.

Al mismo tiempo, yo estaría de acuerdo en que EUA enfrenta a un problema geopolítico potencialmente significativo, pero a más largo plazo, que se deriva de las tendencias económicas. La amenaza para EUA es la persistente caída en el nivel de vida de la clase media, un problema que está transformando el orden social que ha existido desde la Segunda Guerra Mundial y que, si continúa, representa una amenaza para el poder estadounidense.

La Crisis de la clase media estadounidense

El ingreso familiar promedio de los estadounidenses en 2011 fue de US$49,103. Ajustado por inflación, el ingreso promedio es inferior a lo que era en 1989 y es de US$4,000 menos de lo que fue en el 2000. El dinero que queda es poco menos de US$40,000 cuando se incluyen los impuestos del Seguro Social, federales y estatales. Esto significa que el ingreso mensual por hogar es de alrededor de US$3,300. Es urgente tener en cuenta que la mitad de los hogares estadounidenses ganan menos que esto. También es fundamental tener en cuenta no la diferencia entre 1990 y el 2011, pero la diferencia entre los años 1950 y 1960 y el siglo 21. Aquí es donde la diferencia en el sentido de la clase media se hace más evidente.

En los años 1950 y 1960, el ingreso medio permitía ivir con una sola fuente de ingresos — normalmente el marido, mientras que la esposa trabajana como ama de casa – con alrededor de tres niños. Permitía comprar  vivienda modesta, un auto de último modelo y uno más antiguo. Permitía una vacaciones en coche en algún lugar y, con cuidado, algunos ahorros también. Lo sé porque mi familia era de clase media baja, y así es como vivimos, y sé que muchos otros de mi generación estaban en las mismas. No era una vida fácil y se nos negaban muchos lujos, pero no era en absoluto una mala vida.

Hoy día, alguien que gane el salario mediano podría hacer lo mismo, pero no sería fácil. Suponiendo que no tenga préstamos universitarios que pagar pero que tenga dos préstamos de automóviles por un total de US$700 al mes, y que podía comprar comida, ropa y cubrir sus servicios por US$ 1,200 mensuales, tendría US$1,400 al mes para la hipoteca, impuestos sobre bienes raíces y seguros; además de algunos fondos para arreglar el aparato de aire acondicionado y el lavaplatos. Con una hipoteca de tasa del 5%, que le permitiría comprar una casa en el rango de US$200,000. Recibiría un reembolso por sus impuestos gracias a las deducciones, pero ese dinero serviría para pagar las cuentas de tarjetas de crédito de los regalos de Navidad y emergencias. Se podría hacer, pero no es fácil y con gran dificultad en las principales áreas metropolitanas. Y si su empleador no cubre el seguro de salud, esos US$ 4,000 a 5,000 adecionales por tres o cuatro personas limitaría seriamente sus gastos. Y, por supuesto, tendría que tener US$20,000 a 40,000 en costos por la cuota inicial de la compra de su casa. Quedaría poco con que pagar por una semana en la playa con los niños.

El ejemplo anterior es con el ingreso mediano. Aquellas personas por debajo de él — la mitad de todos los hogares — serían excluidos de lo que se considera la clase media: la casa, el coche y los otros servicios asociados. Esas características se desplazan hacia arriba en la escala de las personas con ingresos de por lo menos US$70,000 anuales. Lo básico puede estar disponible en el nivel medio, teniendo en cuenta circunstancias individuales favorables, pero con menos de eso, la vida se vuelve sorprendentemente escasa, incluso en el rango de la clase media y sin duda entre lo que solía llamarse la clase media baja.

 Las expectativas de movilidad hacia arriba

Debo hacer una pausa y mencionar que esta fue una de las causas fundamentales de la crisis de préstamos subprime en el 2007-2008. Las personas por debajo de la mediana tomaron préstamos con intereses diferidos con la expectativa de que sus ingresos seguirán aumentando como fue tradicional desde la Segunda Guerra Mundial. La caricatura del prestatario como irresponsable pierde el punto. La expectativa de aumentos en los ingresos reales fue parte de la fibra de la cultura estadounidense, y muchos asumieron que el aumento se reanudaría en cinco años. Cuando no sucedió, quedaron atrapados, pero si se tiene en cuenta la historia del país, ellos no estaban haciendo una suposición irresponsable

La historia de EUA siempre se ha basado en la premisa de que el ascenso social era posible. El Medio Oeste y el Oeste abrieron tierras que pudieron ser explotadas, y la industrialización masiva a finales del siglo 19 y 20 abrió oportunidades. Había una expectativa de ascenso social sistémico integrado en la cultura y la realidad estadounidenses.

La Gran Depresión fue un shock para el sistema, y no lo resolvió por el New Deal, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial sola. El siguiente impulso hacia la movilidad social en ascenso vino de los programas de después de la guerra de los veteranos, de los cuales había más de 10 millones. Estos programas fueron fundamentales en la creación de EUA post industrial, mediante la creación de una clase de profesionales suburbanos. Hubo tres programas críticos:

  1. La Ley GI Bill, que permitió a los veteranos asistir a la universidad después de la guerra, convirtiéndolos en profesionales con frecuencia varias niveles por encima de sus padres.
  2. La parte del GI Bill que proporcionó hipotecas con garantía federal a los veteranos sin cuota inicial y bajos intereses a los egresados ​​de las universidades financiadas con fondos públicos.
  3. El Sistema Interestatal de Carreteras, financiado con fondos federales, lo que facilitó el acceso a la tierra cercana a las ciudades, permitiendo a la vez la dispersión de las poblaciones en tierra barata (lo cual hizo accesibles las viviendas unifamiliares) y, más tarde, la dispersión de los negocios a los suburbios.

Hubo sin duda muchas otras cosas que contribuyeron a esto, pero estas tres remodelado a EUA y también crearon una nueva dimensión a la movilidad ascendente que estaba integrada en en la vida estadounidense desde el principio. Además, todos estos programas estaban o bien dirigidos hacia los veteranos, a quienes se les reconocía una deuda, o se crearon por razones militares (el Sistema Interestatal de Carreteras fue financiado para permitir el movimiento rápido de tropas de costa a costa, algo que durante la Segunda Guerra Mundial era imposible). Como resultado, hubo consenso en torno al valor moral de los programas.

El fiasco de las hipotecas subprime se basó en la falta de comprensión de que los fundamentos de la vida de la clase media no estaban bajo presión temporal, sino sufrían algo más fundamental. Mientras que una sola fuente de ingresos podría mantener a una familia de clase media durante la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial, ahora requería al menos dos ingresos. Ello significaba que el aumento en el número de familias con dos ingresos correspondió con el declive de la clase media. Cuanto más baja en la escala de ingresos, más probabilidades existen de que será una madre soltera. Ese alejamiento de la presión social hacia hogares con dpadres fue sin duda parte del problema.

Cambios en la ingeniería de la empresa

También estuvo, creo, la crisis de la corporación moderna. Las empresas proporcionan empleo a largo plazo a la clase media. No era raro pasar toda la vida trabajando para una. Al trabajar para una empresa, se recibían aumentos anuales de sueldo, ya fuera como trabajador sindicalizado o no sindicalizados. La clase media tenía tanto la seguridad del empleo como un aumento en los ingresos, junto con la jubilación y otros beneficios. En el transcurso del tiempo, la cultura empresarial se separó de la realidad, ya que la productividad empresarial quedado rezagada de los costos y las empresas se hicieron más y más disfuncionales e insostenibles a largo plazo. Además, las empresas dejaron de centrarse en hacer una cosa bien y en su lugar se convirtieron en conglomerados, en muchos casos la administración siendo incapaz de seguir la complejidad de múltiples líneas de negocio.

 

Por estas y muchas otras razones, la corporación se convirtió cada vez más ineficiente, y en el vocabulario de la década de 1980, tuvieron que ser reingeniadas (re-engineered) — lo que significa desmontar, minizar, refinar y reorientar. Y el reingenio de la corporación, diseñado para volverlas ágiles, significaba que había una revolución permanente en el negocio. Todo se fue reinventando. Se invirtieron enormes cantidades de dinero, gestionados por personas cuya especialidad era la reingeniería de las empresas. La opción era entre el fracaso total y el cambio radical. Desde el punto de vista del trabajador individual, ello con frecuencia significó la misma cosa: el desempleo. Desde el punto de vista de la economía, significó la creación de valor ya fuera por el rompimiento de las compañías, el cierre de algunos de ellos o el envío de trabajos al extranjero. Fue diseñado para aumentar la eficiencia total, y ha funcionado en su mayor parte.

Fue aquí donde se produjo la disyunción. Desde el punto de vista del inversor, él había salvado a la corporación de colapso total al rediseñarla. Desde el punto de vista de los trabajadores, algunos mantuvieron empleos que se habrían perdido, mientras que otros perdieron los empleos que se habrían perdido de todas modos. Pero lo importante no es la amargura de aquellos que perdieron sus puestos de trabajo, sino algo más complejo.

A medida que los puestos de trabajo corporativos permanentes disminuyeron, más personas tuvieron que comenzar de nuevo. Algunos de ellos estaban empezando de nuevo cada pocos años, a medida que la empresa ágil crecía en eficiencia y necesitabamenos empleados. Eso significaba que si llegaban a obtener nuevos puestos de trabajo no serían con los generosos salarios corporativos pero a cerca del nivel de entrada de las pequeñas empresas que en aquel momento eran el motor del crecimiento. A medida que estas empresas fracasaron, fueron compradas o cambiaron de dirección, dichos individuos perdían sus puestos de trabajo y tenían que empezar de nuevo. Los salarios no subieron para ellos y es posible que durante largos períodos de se encontraran desempleados, nunca para conseguir un trabajo nuevo en campos ahora obsoletos, y desde luego no trabajar en una empresa por los próximos 20 años.

 

La reestructuración de las empresas ineficientes creó gran valor, pero ese valor no fluyó a los trabajadores despedidos. Es posible que parte fluyeara a los trabajadores que quedaron, pero gran parte de éste fue a los ingenieros que reestructuraron las empresas y a los inversores que representaban. Las estadísticas revelan que, desde 1947 (cuando por primera vez se recogen los datos), los beneficios empresariales como porcentaje del producto interno bruto están ahora en su nivel más alto, mientras que los salarios como porcentaje del PIB se encuentran ahora en su nivel más bajo. No era una cuestión de hacer la economía más eficiente — eso se logró hacer — era cuestión de donde se acumulaba este valor. El segmento superior de la curva de salarios y los inversores continuaron generando ganancia. La clase media fue dividida en un segmento que entró en la clase media-alta, mientras que el otro cayó a la clase media baja.

La sociedad estadounidense en general nunca fue igualitaria. Siempre se aceptó que habría diferencias sustanciales en cuanto a salarios y riqueza. De hecho, el avance fue de alguna manera impulsado por el deseo de emular a los ricos. También existía la expectativa de que, mientras que otros recibían mucho más, la estructura de la riqueza total se elevaría a la par. También se entendió que, debido a la habilidad o la suerte, otros pierden.

Lo que estamos enfrentando ahora es un cambio estructural, en el que el centro de la clase media — no por pereza ni por estupidez — se está desplazando hacia abajo en términos de nivel de vida. Es un cambio estructural que tiene sus raíces en el cambio social (la ruptura de la familia convencional) y el cambio económico (la disminución de las corporaciones tradicionales y la creación de la agilidad empresarial que pone a cada trabajador en situación de desventaja masiva).

La crisis inherente descansa en una economía cada vez más eficiente y una población que no puede consumir lo que se produce debido a que no pueden pagar por los productos. Esto ha sucedido muchas veces a través de la historia, pero en EUA, con excepción de durante la Gran Depresión, fue lo contrario.

Obviamente, este es un debate político masivo, salvo que los debates políticos identifican los problemas sin aclararlos. En los debates políticos, debe culparse a alguien. En realidad, estos procesos van incluso más allá de la capacidad del gobierno de controlar. Por un lado, la empresa tradicional era beneficiosa para los trabajadores hasta que se derrumbó bajo el peso de sus costos. Por otra parte, las eficiencias creadas amenazan con socavar el consumo por el debilitamiento de la demanda efectiva entre medio de la sociedad.

El peligro a largo plazo

El mayor peligro es uno que no se enfrentará durante décadas pero que está siempre al acecho. EUA se basa en el supuesto de que una marea creciente levanta a todos los barcos. Este no ha sido el caso en la generación pasada, y no hay indicios de que esta realidad socioeconómica vaya a cambiar en el corto plazo. Ello significa que una premisa central está en riesgo. El problema es que la estabilidad social se ha construido en torno a este supuesto – no en el supuesto de que todo el mundo merece ganarse la vida, pero la premisa de que, en general, todos se benefician del crecimiento de la productividad y la eficiencia.

Si pasamos a un sistema en el que la mitad del país está estancado o perdiendo terreno, mientras que la otra mitad va en ascenso, la fibra social de EUA corre riesgo, y con ella el poder global masivo que ha acumulado EUA. Otras potencias como Gran Bretaña o Roma no tuvieron la idea de un estado perpetuo de mejoramiento de la clase media como un valor fundamental. EUA si. Si lo pierde, se pierde uno de los pilares de su poder geopolítico.

La izquierda argumenta que la solución es promulgar leyes para transferir la riqueza de los ricos a la clase media. Ello aumentaría el consumo, pero, dependiendo del alcance, amenazaría la cantidad de capital disponible para la inversión por propia transferencia y eliminaría los incentivos para invertir. No se puede invertir lo que no se tiene, y no se va a aceptar el riesgo de inversión si el beneficio le es retirado.

La agilidad de la empresa norteamericana es crítica. La derecha argumentará que el permitir que el libre mercado funcione solucionará el problema. El libre mercado no es garantía de resultados sociales, únicamente económicos. En otras palabras, puede dar más eficiencia en su conjunto y hacer crecer la economía en su conjunto, pero de por sí no garantiza cómo se distribuye la riqueza. La izquierda no puede ser indiferente a las consecuencias históricas de la redistribución de la riqueza extrema. La derecha no puede ser indiferente a las consecuencias políticas de una clase media socavada, ni puede ser indiferente a la incapacidad de la mitad de la población de comprar los productos y servicios que las empresas venden.

Las actuaciones más significativas realizadas por los gobiernos tienden a ser involuntarias. El proyecto de ley GI Bill fue diseñado para limitar el desempleo para los militares que regresaban pero inadvertidamente creó una clase profesional de titulados universitarios. El préstamo del VA fue diseñado para estimular el sector de la construcción, pero creó las bases para los propietarios de vivienda en los suburbios. El Sistema Interestatal de Carreteras estaba destinado a mover tropas rápidamente en caso de guerra, pero creó un nuevo patrón de uso de la tierra que fueron los suburbios.

No está claro cómo el sector privado puede hacer frente al problema de la presión sobre la clase media. Los programas gubernamentales con frecuencia no cumplen siquiera las intenciones mínimos mientras despilfarran los escasos recursos. EUA ha sido un país afortunado, con soluciones que frecuentemente han surgido de maneras inesperadas.

A mi me parece que a menos que EUA nuevamente tenga suerte, su dominio mundial está en peligro. Teniendo en cuenta su historia, EUA puede esperar a tener suerte una vez más, pero por lo general la suerte resulta cuando está asustado. En este punto, no existe el miedo, sino la ira, todos creyendo que si sólo sus propias soluciones se hubieran implementado este problema y todos los demás se irían. Yo estoy argumentando que las soluciones convencionales ofrecidas por todos lados aún no comprenden la magnitud del problema – que el fundamento de la sociedad estadounidense está en riesgo – y por lo tanto todas las partes se limitan a repetir lo que se ha dicho antes.

Personas que son más inteligentes y con más suerte que tendrán que diseñar la solución. Simplemente estoy señalando las consecuencias potenciales del problema y la insuficiencia de todas las ideas que he visto hasta ahora.

Artículo en inglés