GeoPolitical WeeklyPublicado en inglés el 14 de julio 2014 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “Gaza Situation Report”. Traducido con autorización especial. Por George Friedman.

El enfrentamiento actual en Gaza comenzó el 12 de julio después de que tres adolescentes israelíes desaparecieran en Cisjordania el mes anterior. Israel anunció la desaparición el 13 de junio, culpando poco después a Hamas por los secuestros. El 14 de junio, Hamas disparó tres cohetes contra la región de Hof Ashkelon. Esto fue seguido por ataques israelíes contra palestinos en la región de Jerusalén. El 8 de julio, los israelíes anunciaron la Operación de Protección Perimetral (Operation Protective Edge) y comenzaron a movilizar a los reservistas. Hamas lanzó un cohete de largo alcance contra Tel Aviv. Israel entonces aumentó sus ataques aéreos contra objetivos en Gaza.

En este momento, parecería que Israel ha desplegado una fuerza suficiente para estar lista para llevar a cabo una incursión en Gaza. Sin embargo, hasta el momento Israel no lo ha ejecutado. El conflicto ha consistido en ataques aéreos y algunas redadas por parte de las fuerzas de operaciones de Israel y el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás contra objetivos en Israel.

Desde un punto de vista estrictamente militar, el tema ha sido la búsqueda por Hamas de un elemento de disuasión a las operaciones israelíes contra Gaza. La Operación Plomo Fundido, a finales de 2008 y principios de 2009, interrumpió Gaza profundamente, y Hamas se encontró sin ninguna opción más allá de sus intentos de causarle numerosas bajas a las fuerzas israelíes. Pero las bajas producidas en la Operación Plomo Fundido no resultaron siendo un elemento de disuasión.

Hamas aumentó su arsenal de cohetes de corto alcance con cohetes de mucho más largo alcance. La última generación de cohetes que ha adquirido puede llegar a los centros de población de Israel: el triángulo de Jerusalén, Tel Aviv y Haifa. Sin embargo, estos son cohetes, no misiles. Eso significa que no tienen sistema de guía, y su punto de impacto una vez puesto en marcha es una cuestión de azar. Teniendo en cuenta estos límites, Hamas esperaba que al tener un gran número de cohetes de diferentes rangos crearía el riesgo de producir considerables bajas civiles israelíes, y que ese riesgo bastaría para disuadir a Israel de actuar contra Gaza.

La amenaza de los cohetes en realidad ha sido sustancial. De acuerdo con los altos oficiales de la Fuerza Aérea israelí citados sobre el tema, Israel carecía de inteligencia sobre dónde se almacenaban los cohetes y todos los emplazamientos desde los cuales podrían ser lanzados. Gaza es un complejo laberinto de túneles, muchos bastante profundos. Esto limita la inteligencia. También limita la capacidad de que las municiones aéreas israelíes penetren hasta el área de almacenamiento y los destruya.

El objetivo de Israel es destruir la capacidad de cohetes de Hamas. Idealmente, a Israel le gustaría lograr esto desde el aire, pero mientras que algunos pueden ser destruidos desde el aire, y mediante operaciones especiales, parece que los israelíes carecen de la capacidad para eliminar la amenaza. La única solución sería un asalto a gran escala en Gaza diseñado para ocuparla de manera que fuera posible conducir una búsqueda a gran escala de las armas y destruirlas en el suelo.

Hamas ha estado disparando cohetes para convencer a los israelíes de que tienen los suficientes para aumentar las bajas en el triángulo, si así lo desean. Los israelíes deben suponer que en las primeras etapas de un ataque a Gaza tendrían como resultado una andanada masiva, especialmente desde que Hamas estaría en una posición de “usar o perder” sus cohetes. Hamas espera con ello disuadir un ataque israelí.

Hasta ahora, Israel ha restringido su ataque más allá de los ataques aéreos. La medida en que el temor a la acumulación masiva de cohetería ha sido el factor limitante no está clara. Ciertamente, los israelíes están preocupados de que Hamas está mejor preparado para un ataque de lo que estuvo durante la Operación Plomo Fundido, y de que haya evolucionado su capacidad de utilizar misiles antitanque contra los tanques Merkava israelíes y artefactos explosivos improvisados ​​contra la infantería. Por otra parte, la ocupación de Gaza sería algo costoso y complejo. Podría tardar semanas  encontrar los cohetes y durante ese tiempo se acumularían las bajas israelíes. Cuando a esta evaluación se añadieron las consecuencias políticas de tal ataque, especialmente en Europa, pasa un segundo plano el componente de tierra de la Operación de Protección Perimetral.

Como se ha mencionado, un problema importante para los israelíes es el factor de la inteligencia. Se dice que Irán proporcionó estos cohetes a Hamas a través de rutas de contrabando en Sudán. Es difícil imaginar qué ruta que estas armas han podido seguir sin ser detectadas por la inteligencia israelí (y estadounidense) en su tránsito de más de mil millas, y que lograran ingresar en Gaza a pesar de la vigilancia hostil israelí y egipcia. Incluso si Irán no proporcionó las armas, y lo hubieran hecho otros, se plantearía la misma pregunta.

El fracaso de los israelíes en detectar e interceptar el paso de cohetes o componentes de cohetes tiene un efecto inmediato en la confianza con que los altos comandantes israelíes y líderes políticos calculan su curso. Por lo tanto, a este punto, se ha producido un estancamiento, con lo que suponemos que se está disparando una pequeña fracción de los cohetes de Hamás y las operaciones contra Gaza son limitadas. La operación terrestre se mantiene en segundo plano por ahora.

Si bien han tenido lugar algunos intentos públicos por mediar entre Hamas e Israel, la mayor parte de estos esfuerzos han sido mediocres, y las condenas de la violencia y llamados por la paz han sido más superficiales de lo habitual. En lugar dejar a Egipto como el principal mediador, Turquía y Qatar también han intervenido en la discusión sobre un alto el fuego. El Secretario de Estado de EUA, John Kerry, habría contactado el domingo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofreciendo asistencia en la mediación de una tregua. Mientras tanto, los diplomáticos de alto rango de EUA, el Reino Unido, Francia y Alemania discutieron los esfuerzos de tregua en el marco de las conversaciones sobre Irán, y el gobierno de Israel ha comenzado a reflexionando un plan para ofrecer ayuda al desarrollo a cambio de una desmilitarización de Gaza.

Existe una buena razón que explica la lentitud de estos esfuerzos de alto el fuego, sin embargo. Como pone de manifiesto la capacidad de Hamas para mantener su suministro de cohetes a través de rutas que atraviesan el Sinaí, Israel no puede basarse exclusivamente en Egipto para implementar un acuerdo de alto el fuego — tampoco confía en Qatar o Turquía para hacerlo. En lugar de ello, Israel está tratando de colocar la responsabilidad de la aplicación del alto el fuego en su principal patrocinador externo, los Estados Unidos. De igual importancia, Hamas comparte una profunda desconfianza en el régimen actual, en Egipto, teniendo en cuenta los vínculos pasados ​​de Hamas con los Hermanos Musulmanes, cuyo breve reinado en Egipto terminó con un golpe militar. A medida que estas negociaciones avanzan lentamente, el enfoque de Israel es en intentar degradar la capacidad militar de Hamas lo suficientes para compensar por las debilidades implícitas en cualquier acuerdo de alto el fuego. Pero la lucha contra el problema principalmente desde el aire tiene límites, y el cuestionamiento por Israel en su propia inteligencia es lo que ha impedido una incursión terrestre hasta ahora.

El problema para Israel en cualquier alto el fuego es que se mantendría el status quo actual. Hamas conservaría sus cohetes, y podría ser capaz de alcanzar modelos más avanzados. Israel no fue capaz de detener el flujo de los que ahora tiene, por lo que Israel no puede estar seguro de que pueda detener la llegada de los siguientes. Un alto el fuego es una victoria para Hamas, ya que han conservado su fuerza de cohetes y tienen el potencial para aumentarlo. Sin embargo, para Israel, si decide que no puede absorber el costo de erradicar a todos los cohetes (suponiendo que eso es posible), entonces un alto el fuego trae algunos beneficios políticos sin tener que tomar demasiados riesgos.

En este momento, sabemos con certeza que Israel está bombardeando Gaza y ha amasado una fuerza suficiente para iniciar las operaciones en tierra, pero no lo ha hecho. Hamás no ha disparado un ataque de saturación, suponiendo que pudiera hacerlo, pero ha obligado a Israel a asumir que este tipo de ataque es posible, y que su sistema defensivo Cúpula de Hierro quedaría abrumado ante el volumen. El siguiente paso corresponde a Israel. Podemos suponer que algunos en los mandos de Isreal adhieren al argumento de que los cohetes de Gaza serán disparados en algún momento, y deben ser eliminadas ahora, y que otros argumentan que sin una inteligencia mejor la probabilidad de las bajas y de desencadenar un lanzamiento de saturación es demasiado alta.

No tenemos idea de quién va a ganar el argumento, si es que existe, pero en este momento, Israel esta fijo.

Artículo en inglés