Asesinan a james wright foleyPublicado en inglés el 28 de agosto 2014 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “Terrorism as Theater”. Traducido con autorización especial. Por Robert D. Kaplan.

La decapitación del periodista estadounidense James Foley por el Estado Islámico en Siria e Irak fue mucho más que un asunto totalmente horrible y trágico: más bien, fue una producción cinematográfica muy sofisticada y profesional deliberadamente salpicada de poderosos símbolos. Foley estaba vestido con el traje naranja que recuerda a los prisioneros musulmanes en poder de EUA en la Bahía de Guantánamo. Pronunció sus palabras de confesión con vigo, como si hubiera ensayado bien. Su verdugo, enmascarado y vistido de negro, hizo una declaración igualmente larga en un ambiente tranquilo, en un acento británico, nuevamente, como si lo hubiera ensayado. Era como si el asesinato fuera secundario respecto al mensaje enviado.

Global IntelligenceEn otras palabras, el asesinato se convirtió simplemente en el requisito para enviar el mensaje. Expertos me han dicho que hay maneras más dolorosas para matar a alguien si realmente se odia a la víctima y se busca que sufra. Se le puede quemar viva. Se le puede torturar. Pero la decapitación, por el contrario, hace que la víctima pierda el conocimiento segundos después de que se corte una arteria principal en el cuello, dicen los expertos. La decapitación, sin embargo, es el método más impactante visualmente para un video dramático, porque permite mostrar la cabeza cercenada puesta encima del pecho en la imagen final. Usando un cuchillo corto, como en este caso, en lugar de una espada, también hace que el evento sea a la vez más más frío y más íntimo. Realmente no quiero sonar cruel, indiferente, ni vulgar. Sólo estoy diciendo que sin la posibilidad de grabar un vídeo del evento, no habría ningún motivo para ejecutar a alguien de tal manera.

Con la elaboración de un docu-drama de esta manera retorcida, el Estado Islámico estaba enviando los siguientes mensajes:

  • No jugamos con las reglas de ustedes. No hay límites a lo que estamos dispuestos a hacer.
  • El maltrato a los prisioneros musulmanes en Guantánamo por EUA viene con una “etiqueta de precio”, por citar una frase adoptada recientemente por los homicidios de retribución. Después de todo, somos un estado. Tenemos nuestros propios combatientes enemigos como se puede ver en el vídeo, y nuestra propia forma de tratar con ellos.
  • El hecho de que no observemos límites, no significa carencia de sofisticación. Podemos ser tan sofisticados como en Occidente. Basta con escuchar el acento británico de nuestro verdugo. Y podemos producir un cortometraje con los estándares de Hollywood.
  • No somos como los carteles de la droga en México que decapitan regularmente a las personas y posteriormente publican los videos en internet. Los narcotraficantes envían sólo un mensaje común, diseñado únicamente para intimidar a aquellas personas dentro de su área de control. Es por ello que el mundo en general les presta poca atención; de hecho, el mundo escasamente es consciente de ellos. Por el contrario, nosotros, los del Estado Islámico divulgamos un meta-mensaje global. Y el mensaje es este: Queremos destruirlos a todos ustedes en EUA, a todos ustedes en Occidente, y todos en el mundo musulmán que no aceptan nuestra versión del Islam.
  • Vamos a triunfar porque no observamos absolutamente ninguna restricción. Es porque sólo tenemos acceso a la verdad que cualquier cosa que hagamos está santificada por Dios.

Bienvenidos a la era de los medios de masas. Algunos pensaron que los medios de comunicación eran sólo insípidos presentadores red y anfitriones groseros que interrumpen durante el horario “prime time” de TV por cable. Es ello, por supuesto. Pero así como la Primera Guerra Mundial fue diferente de la guerra franco-prusiana, porque durante el periodo intermedio llegó la culminación de la era industrial y con ella la posibilidad de matar a una escala industrial, las guerras del siglo 21 serán diferentes de las del siglo 20 de debido a la culminación de la primera etapa de la era de la información, con todas sus ramificaciones visuales.

Hemos regresado a un mundo medieval de teatro, en el que la audiencia es global. El teatro, cuando los actores están bien entrenados, puede ser una de las formas de arte más potentes y reveladoras. Y nada funciona en el teatro tanto como los símbolos que manipula el dramaturgo. Un cuchillo corto, un traje de reo de Guantánamo, un verdugo vestido de negro con un acento británico en el corazón de Oriente Medio son, en su conjunto, símbolos de poder, sofisticación y retribución. Nuestro compromiso es serio. ¿Está EUA en capacidad de enfrentarnos?

Se ha dicho que el asesinato del zar Nicolás II y su familia en 1918 en Ekaterimburgo, por parte del nuevo gobierno de Lenin, fue un crimen seminal: porque si los bolcheviques estaban dispuestos a ejecutar no sólo al zar, pero también a su esposa e hijos, eran capaces de asesinar en masa. De hecho, que el crimen presagió los horrores del gobierno bolchevique. Lo mismo podría decirse del asesinato en 1958 del rey Faisal II de Iraq y su familia y sirvientes por golpistas militares, y la posterior mutilación del cuerpo del primer ministro iraquí Nuri Said por una turba Bagdadd — acontecimientos que presagiaban décadas de cada vez más totalitario gobernar, que culminó con Saddam Hussein. El teatro tras el asesinato de James Foley puede aparecer como singular a algunos; más probablemente, presagia algo verdaderamente terrible que se desarrolla en el Oriente Medio posmoderno.

Sin duda, mientras peor sea el caos, mayores probabilidades de que surja  la ideología dentro de él. Algo que ya ha emergido del caos de Siria e Irak, incluo mientras que Libia y Yemen – también en el caos – puede estar esperando sus propias versiones del Estado Islámico. Vale recordar ante todo que lo que el video comunicó fue el hecho de que esta gente es literalmente, capaz de cualquier cosa.