Desde Johannesburgo, Peta Thornycroft, y Aislinn Laing informan en The Telegraph sobre otro crimen contra la naturaleza causado por un cazador suficientemente rico para pagar decenas de miles por asesinar a un animal.
Sucedió en Zimbabwe, donde hace escasos tres meses un dentista estadounidense había matado al león conocido como Cecil.
Esta vez se trata de un elefante, de entre 40 y 60 años de edad, que era de uno de los paquidermos más grandes que se han visto. Estaba en el sureño parque nacional Gonarezhou.
Del asesino se sabe que es un alemán.
Desde aquí llamamos a internet a que lo ubiquen y se logre justicia para este bello elefante.
La población de elefantes se ha reducido por 62% en 10 años y ahora quedan menos de medio millón en todo el continente africano.
Abajo, el dentista Walter Palmer, asesino del león Cecil; Juan Carlos Borbón, asesino de elefantes
