Calor en el planeta y frío en los corazones. Celebró el mundo la navidad 2015 con luna llena y una ola de calor sin precedente que obligó a Papá Noel a llegar sin abrigo ante un país y un mundo divididos entre los que tienen y los que no tienen y los que piden asilo y los que quieren negarlo.
La ola de calor sin precedente no es resultado únicamente del calentamiento global. Es uno de tres factores, siendo los otros dos El Niño y la falta de nieve. Aunque el calentamiento global podría causar más El Niños como éste: el efecto se vuelve causa y así sucesivamente.
Para los ricos, los regalos abundaron, iguales que sus vacaciones a sitios exóticos, las cenas exquisitas — fotos de las cuales llenaron las redes sociales. Pero para los millones de pobres y al borde de la pobreza en EUA y alrededor del mundo, la navidad fue otro momento más de sufrimiento y angustia.
Si la fecha celebra el nacimiento de un Salvador cuyos padres tuvieron que huir a tierras lejanas para pedir asilo, mucho indica que ello se ha olvidado. Desde Siria ha Centroamérica, millones han seguido pasos similares a los de María y José solo para enfrentar barreras: Físicas, como los muros que clausuran fronteras; y humanas, de sociedades que cierran sus corazones.
Ello no obstante el mensaje del Papa Francisco que nuevamente ha pedido paz y compasión.
Trágicamente, hemos olvidado que es asunto de vida o muerte: Una investigación por el periódico The Guardian muestra que 84 centroamericanos arribados a EUA el año pasado y cuyas solicitudes de asilo les fueron negadas han muerto a su regreso a sus tierras.
Ahora nos hemos enterado que las autoridades migratorias de EUA piensan lanzar redadas masivas contra algunos de estos refugiados, con consecuencias que podrían ser nefastas. Esperamos que puedan recapacitar.
Otra semana que pasó en EUA.
Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, diciembre 27, 2015
