Jefe de propaganda de los nazis, en ElMolinoonline.com“No había proximidad con él. Nunca me hizo una pregunta personal. Creo que hasta el final no supo ni cómo me llamaba. El suicidio le evitó su castigo. Sabía que los aliados lo iban a condenar a muerte. Suicidarse fue un acto de cobardía, pero también inteligente porque sabía la que se venía encima si no optaba por esa salida”.

Con esas palabras Brunhilde Pomsel, antigua secretaria de Joseph Goebbels, jefe de propaganda del régimen nazi en Alemania, rompe un silencio de 66 años al compartir con la revista alemana Der Bild sus recuerdos de aquellos días. Pomsel tiene 100 años.

Andrew Roberts en Daily Beast usa los recuerdos de Pomsel como parte de un artículo más extenso sobre cómo los grandes nombres de la historia han tratado a sus subalternos, mencionando entre otros a Hitler, Churchill e incluso Napoleón.

Pero las palabras de Posem, por ser la primera vez que habla, traen recuerdos especiales sobre el fin del Tercer Reich.

Antes de suicidarse, en abril de 1945, Goebbels mató a su esposa, Magda, y a sus seis hijos — niños que él había mostrado orgullosamente en eventos de propaganda de los nazis. Los Goebbels prefirieron la muerte de sus propios hijos a permitir que crecieran en una Alemania libre de nazis. Según Daily Beast, el cadáver de la mayor, Helga de 12 años, mostró señales de haber resistido los intentos de su madre de darle veneno.

Posem admite haber entrado al partido nazi. “Si en 1933 ingresé al partido. ¿Por qué no? Todos lo estaban haciendo”.

Dice, sin embargo, que no sabía nada del holocausto de millones de personas en campos de exterminio. Goebbels nunca plasmó en el papel nada por el estilo.

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