El abogado racista Aaron SchlossbergIgual que un gallito, con el pecho hinchado de racismo y odio, Aaron Schlossberg arremetió contra empleados de un restaurante en Manhattan que habían hablado en español frente a él. Dos días después de que sus insultos dieran la vuelta al mundo por internet, el abogado neoyorkino se mueve escondido bajo sombreros y sombrillas, le huye a las cámaras, que le acechan con preguntas como, “¿Siempre has sido tan racista?”

“¿De qué corres?”

Todo comenzó el martes 14 de mayo cuando a la hora del almuerzo Schlossberg escucho a dos empleadas de Fresh Kitchen hablando en español. Alevoso, amenazó con llamar a ICE para que los “echen de mi país”.

“Supongo es que son indocumentados, así que mi próxima llamada”, dijo con el teléfono en la mano, “va a ser a ICE para que los echen de mi país”, vociferó.

“Si tienen los cojones para venir aquí y vivir de mi dinero — yo les pago por el welfare (bienestar social), yo pago por su capacidad para estar aquí — lo mínimo es que hablen inglés”.

Alguien lo grabó. Y las cosas tomaron su propia dinámica.

El video inicial apareció en Facebook.

De ahí alguien identificó a Aaron Schlossberg y se supo que era un abogado. Que en su página Web ofrecía sus servicios ¡en español!

Horas después de que se hiciera público donde trabajaba, los administradores del edificio le retiraron su contrato. “Va en contra de nuestra comunidad” tener gente así. “No refleja quienes somos”.

Circula una petición para que reciba una reprimenda de la Barra (Asociación de abogados) del estado de New York.

Desde el incidente en el restaurante, han salido otros videos, y otras declaraciones de gente que a través de los años ha sido atacada por Aaron Schlossberg.

Se le vincula a grupos de apoyo a la campaña de Donald Trump desde los primeros días.

El caso de Aaron Schlossberg ilustra los días en que vivimos. Por un lado, siguiendo las pautas que surgen desde las cúpulas del poder, algunos elementos racistas se sienten con plena libertad para atacar a las personas diferentes. Por el único hecho de ser diferentes.

Quizás porque perciben debilidades, porque creen que no se van a defender, se ensañan contra ellos. Típico del cobarde y el bully.

La respuesta de New York a Aaron Schlossberg muestra también que la gran mayoría de gente no es racista.

Pero también comprueba que el racismo se puede enfrentar exitosamente — a eso se le llama solidaridad.

Desde las marchas en Charlottesville contra los nazis en agosto del 2017, al restaurante en Manhattan, muchos estadounidenses reivindican la diversidad que enriquece este país, y le dan la cara al racismo, con las herramientas a mano.

En el caso de Aaron Schlossberg, fue un teléfono celular que grabó el ataque racista

La movilización contra Aaron Schlossberg le ha asestado un fuerte golpe del cual será bastante difícil recuperarse.

A través de Facebook y otras partes se está organizando una fiesta latina frente al edificio en el Upper West Side en donde vive. Se han recaudado fondos para alquilarle una banda de mariachis, para que lo persigan, y le canten “La cucaracha”.

Y así, New York, ha hecho que un racista se trague sus palabras.

¡Muy bien!

En Facebook, #HolaAAron y #HablamosEspanol, te dará imágenes de la fiesta latina, con camiones de tacos, mariachis y miles de neoyorkinos frente al apartamento de Aaron Shchlossberg en Manhattan.