Hillary_Clinton_CandidataComo el sastrecillo valiente de la fábula, podría decirse que Hillary paró a siete de un golpe.

Solo que el golpe duró 11 horas de interrogatorios por un panel de siete congresistas republicanos empecinados en mostrar que ella tenía mucho que esconder sobre el incidente de Bengasi.

Por enésima vez Hillary Clinton, sin el respaldo de un ejército de asistentes cargados de datos y sin perder la compostura, detuvo los ataques. Puso a sus agresores a la defensiva y, al día siguiente, fue declarada ganadora por observadores de diestra y siniestra. Unánimente, podría decirse.

Y en contante y sonante. 

Si entraron como inquisidores, los republicanos salieron como moscas muertas.

Sencilla y claramente no pudieron con Hillary Clinton, quien apovechó las 11 horas de una audiencia televisada para mostrar al país y al mundo que posee la madera para reemplazar a Obama.

Esta semana también se confirmó que el vicepresidente Joe Biden no se va a postular para la presidencia y dos otros candidatos dentro del campo demócrata se retiraron. No vale mencionar nombres porque nadie supo quien eran.

Ahora solo quedan tres — Hillary, Bernie Sanders y Martin O’Mailley, el ex gobernador de Maryland, quien además de ser considerado una especie de “sex symbol” escasamente se ha dado a conocer.

Con un impresionante curriculum vitae que va desde Primera Dama por ocho años, a senadora, a Secretaria de Estado, Hillary ya tiene el apoyo del “establishment” del partido, de la mayoría de funcionarios electos, y de los grandes donantes, que han contribuido generosamente.

Tiene el dinero para comprar publicidad y pagar un infraestructura para lanzar una campaña disciplinada, acertada, eficaz.

Solo enfrenta, desde el flanco izquierdo la candidatura del senador Bernie Sanders, autodenominado socialista, cuyo poderoso movimiento de base sigue empeñado en impulsar al candidato, que tiene mucho que proponer sobre inmigración, empleos, salubridad pública y el medio ambiente.

En lo anterior no hay gran diferencia con Hillary Clinton — quizás en tonalidad únicamente.

Sobre las desigualdades económicas del país y el control por el sector financiero, sí existen serias diferencias. Sanders dice que hay que romper a los bancos. Hillary no.

Y sobre política exterior hablan un lenguaje muy diferente. Sanders se ha opuesto a casi todas las intervenciones militares de EUA. Hillary ha sido considerada una neocon y del campo de los llamados halcones — después de todo la intervención en Libia fue obra de ella y su equipo.

Ahora que se ha despejado el campo sobre Bengazi, sigue la necesidad de una respuesta más de fondo respecto a Libia. Es, fuera de engendrar el caos total — usando gasolina para apagar un incendio — y causar las muertes y desplazamientos de miles, ¿qué logró la política de Hillary Clinton en Libia?

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. TorresCarlos F. Torres
Director, El Molino Online
Octubre 25, 2015, New York, NY 

 

 

 

Imagen cortesía de DonkeyHotie via flickr

Tags: