SANTA ANA 3“Con una canción cubana en el corazón/A cuban song in my heart”, de Iván Acosta reúne más de medio siglo de música cubana — de la rumba al son, del chachachá a la salsa y el Latin Jazz en EUA. Consiste de las tapas de 290 álbumes “long play”, enmarcada cada una por un cuento escrito por el escritor cubano-neoyorkino, autor de ‘El Super’, diversas obras de teatro, varias películas y ensayos. Publicar este libro bilingüe, una joya histórica y musical de gran impacto visual y enorme valor sentimental, requiere de US$10,000, que los amigos de Iván Acosta buscan recaudar mediante contribuciones. Aquí “La víspera de Santa Ana del año 1953”. 

La víspera de Santa Ana del año 1953 no la puede olvidar ningún cubano, y mucho menos mi madre. No solamente celebrábamos su santo esa noche, y Santiago de Cuba le daba inicio a los carnavales más alegres de toda Cuba, sino que esa misma madru- gada a las 5:15 de la mañana se llevaría a cabo un asalto guerrillero al Cuartel Moncada, la mayor forti- ficación militar de la provincia de Oriente. En casa, Mariano, mi padre, ponía en el tocadiscos el álbum del trío de quien era su amigo, Miguel Matamoros. Los adultos allí reunidos para festejar a mi mamá planeaban amanecer la mañana del 26 bailando al compás de guarachas, conga y son en las voces del Trío Matamoros, de Félix Chapotín y sus Estrellas, del Conjunto Casino, y de Bimbi y su Trío Oriental. Pero el amanecer no fue de descarga musical sino de explosión de granadas y ráfaga de ametralladoras. Era el comienzo de la revolución cubana allí en el Moncada, a cinco cuadras de mi casa. Desde enton- ces, mi niñez, mi adolescencia, mi vida entera han girado en torno a ese evento histórico.

Usted también puede contribuir en la publicación de “Una canción cubana en el corazón”.

Víspera de Santa Ana

The eve of St. Anne 1953 was surely a memorable day. No Cuban will ever forget that July 26th, least of all, my mother. Not only were we celebrating her feast day (as observed in the Roman Catholic calendar) and the start of the most festive carnival season in all of Cuba, but also on that hot summer day, at 5:15 in the morning, guerrilla fighters launched an attack on Santiago’s Moncada fortress, the largest army base in Oriente province. Back home, Mariano, my dad, was setting up the record player with an album his friend Miguel Matamoros had recently recorded. The folks
who gathered that evening at our home to celebrate my mom’s special day planned on staying up until dawn, dancing to the sounds of son, guaracha and conga masterfully played by the Matamoros Brothers, Felix Chapotin and His All Star Band, Conjunto Casino, and Bimbi and his Trio Oriental. Instead, dawn arrived to the sound of hand grenades and machinegun fire. It was the beginning of the Cuban revolution, right there 12 at the Moncada Garrison, just five blocks away from my house. Ever since then, my entire life has revolved around that historic event.

Vispera de Santa Ana