Canción cubana en el corazón“Con una canción cubana en el corazón/A cuban song in my heart”, de Iván Acosta reúne más de medio siglo de música cubana — de la rumba al son, del chachachá a la salsa y el Latin Jazz en EUA. Consiste de las tapas de 290 álbumes “long play”, enmarcada cada una por un cuento escrito por el escritor cubano-neoyorkino, autor de ‘El Super’, diversas obras de teatro, varias películas y ensayos. Publicar este libro bilingüe, una joya histórica y musical de gran impacto visual y enorme valor sentimental, requiere de US$10,000, que los amigos de Iván Acosta buscan recaudar mediante contribuciones. Aquí, “Yo también toqué guitarra con el bárbaro del ritmo”.

Yo también toqué guitarra con el Benny, en el enorme salón de baile de la playa de Ciudamar. Ciudamar queda en la misma bahía de Santiago. Allí venían a tocar, para deleite de los bailadores, las orquestas más famosas de Cuba. Mis padres eran punto fijo en aquel salón, y mientras ellos tiraban un pasillo yo me entretenía cazando cangrejitos moros, bellas criaturas rojo y negro que la gente llegó a llamar “cangrejos del 26 de julio” por el rojo y negro de la bandera del movimiento revolucionario que atacó el cuartel Moncada 1953. Me acuerdo muy bien de las orquestas que iban a tocar a Ciudamar: la de Mariano Mercerón, la Orquesta Riverside, Chapotín y sus Estrellas, el Conjunto Casino, Pacho Alonso, Abelardo Barroso, Chepín y su Orquesta Oriental, y la súper orquesta de Beny Moré. En el álbum de fotos de familia que guardaba mi abuela Cacha había una foto de cuando yo tenía 8 años. Estoy encaramado en el escenario “tocando la guitarra” con una escoba. Parado detrás de mí, riéndose a carcajadas de mi inocente osadía, estaba el “Bárbaro del Ritmo”: el gran Beny Moré 

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Con una canción cubana en el corazón

I played the guitar with the great Benny. It happened in the ballroom at Ciudamar Beach. Ciudamar Beach takes up a whole area of Santiago Bay. Cuba’s most popular orchestras always played at Ciudamar. My parents were regulars at the dance hall, and while they kicked off their shoes, I’d go outside to catch little sand crabs, or Moorish crabs as they are called in Cuba. These tiny cangrejitos are red and black, and people called them “26th of July” crabs because they wore the same colors of the guerrilla movement that stormed the Moncada Garrison on July 26th 1953. I remember every music group that played at Ciudamar: Mariano Mercerón and His Orchestra; Riverside; Chapotín y sus Estrellas; Conjunto Casino; Canción cubana en el corazónPacho Alonso; Abelardo Barroso; Chepín y su Orquesta Oriental, and Beny Moré and his super orchestra. Among the family pictures that my grandmother Cacha kept in her photo album there was one of me when I was about 8 years old. I am standing on the stage holding a broomstick as if I were playing a guitar. Standing right behind me, laughing at my boyish nerve, was Cuba’s “King of Rhythm”: the one and only, Beny Moré.