CongresoEUACongreso en la encrucijada. Cuando el viernes por la mañana, John Boehner el republicano presidente de la Cámara de Representantes, repentinamente anunció que renunciaría a su cargo y a su escaño, Washington se preguntó, ¿qué significará y qué efecto tendrá esta victoria del ala más extremista del partido justo al inicio de lo que promete ser una larga y conflictiva temporada electoral?

El bombazo tuvo lugar al día siguiente de que el Papa Francisco se dirigiera al Congreso. Según informes, el impacto del mensaje del pontífice fue tal, que Boehner, quien es católico devoto, tomó su decisión.

Por semanas ya se rumoreaba que el ala derecha del partido — el Tea Party — pensaba realizar un “golpe” contra el liderazgo de Boehner, republicano por Ohio, a quien no consideraban suficientemente conservador.

Pre candidatos expresaron su satisfacción.

Los senadores Marco Rubio, por la Florida, y Ted Cruz, por Texas, ambos vinculados al Tea Party no escondieron su deleite.

El senador Cruz en varias ocasiones ha intentado fomentar una rebelión contra Boehner.

Escriben Sabrina Siddiqui y Ben Jacobs en The Guardian que la renuncia de Boehner sacudirá el liderazgo de los republicanos en la Cámara y, cuando se elija un Presidente de la Cámara, sus responsabilidades incluirán  estabilizar al partido e impedir nuevas “rebeliones que traigan con ellas consecuencias para las posibilidades del partido en 2016”.

Muchos se hacen la pregunta, ¿qué es necesario para aplacar el ala más conservadora de los republicanos en la Cámara?

John Boehner, después de todo, era un defensor ardiente de la agenda republicana, anti aborto, pro derecho a la venta de armas, austeridad fiscal, oponente del acuerdo con Irán hasta el punto de invitar al Primer Ministro Israelí Netanyahu a denunciar el pacto ante el mismo Congreso, y crítico acérrimo del presidente.

El enfrentamiento que se avecinaba giraba en torno a la amenaza por los llamados conservadores sociales de cerrar el gobierno negándose nuevamente aprobar un presupuesto federal a menos que se retirara el financiamiento Federal a Planned Parenthood, organización que fomenta el derecho de las mujeres a controlar su reproducción.

Boehner no quería esto bajo ninguna circunstancia ya que cuando en 2013 cerró el gobierno, el público culpó al partido Republicano.

Un probable reemplazo para Boehner es Kevin McCarthy, congresista por California, y actual Líder de la Mayoría (un cargo dentro de la Cámara).

Se anticipa oposición por parte del ala más conservadora del partido, sin embargo.

Escribe Cristina Marcos en The Hill que los aliados de Boehner están “furiosos con el ala derecha del partido” por “obligar a que tenga lugar una disputa en la elección de sus directivos a menos de un año de que el partido tomara el control del congreso en la elección del 2014.”.

Dijo Charlie Dent, representante por Pennsylvania y presidente del Comité de Etica de la Cámara: “Cualquier imbécil puede tumbar la puerta de un establo. Pero se necesita un carpintero para colgar una. Por aquí necesitamos unos cuantos carpinteros más. Eso todo el mundo lo sabe”.

La situación actual es que el partido republicano está sufriendo una división muy grande, la cual se refleja tanto en los precandidatos por la nominación como en el mismo congreso: El ala derecha quiere una política aún más agresiva y ahora que han probado sangre no van a detenerse allí.

Y es así que el Congreso de EUA, controlado por el partido republicano, inicia una nueva fase de incertidumbre en que la derecha hala más y más al extremo, en un año en electoral en el que las plataformas de los diferentes candidatos han creado irreparables brechas con sectores claves, como latinos, afroamericanos, la generación del milenio, las mujeres, los defensores del medio ambiente, el movimiento por un salario digno, entre otros.

Más información en inglés, The Guardian

Más información en inglés, The Hill