Revista The NationPublicado en inglés el 8 abril del 2013 en la revista The Nation bajo el título “There Are Now States Where It’s Not Safe to Be a Woman”. Traducido con autorización especial. Por Katrina vanden Heuvel.

Apunten otro a favor de los extremistas. Tres semanas después de que la legislatura de Arkansas anulara el veto y prohibiera la mayoría de abortos durante el segundo trimestre, el gobernador de Dakota del Norte firmó una ley que las prohibe tan sólo seis semanas después de la concepción. Como la AP ha señalado, ambas partes reconocen las leyes como lo que son: “un asalto frontal sin precedentes” contra la histórica decisión de la Corte Suprema en el caso Roe contra Wade.

Katrina vanden Heuvel
Katrina vanden Heuvel

“Lo que se me hace increíble — North Dakota es ejemplo de ello — es la idea de que los derechos de las mujeres en este país dependan de su código postal”, dijo la inimitable presidenta de Planned Parenthood, Cecile Richards al Huffington Post el mes pasado. “En la actualidad hay estados donde no es seguro el ser una mujer.”

Esto no sucedió por accidente. Por el contrario, hay un alarmante patrón de estados que impulsan abiertamente medidas inconstitucionales contra el aborto, creando un mosaico de lugares en EUA, donde las mujeres son tratadas como ciudadanos de segunda clase en las que no se puede confiar que tomen sus propias decisiones. Los extremistas en contra de la igualdad intencionalmente desafían a Roe contra Wade con la esperanza de provocar una confrontación constitucional. Ellos quieren reescribir la constitución sobre la marcha, utilizándola para su beneficio cuando se ajusta a su visión draconiana del mundo y no teniéndola en cuenta que cuando no lo hace. Este es un precedente peligroso para sentar.

Al ver el programa “Meet the Press” el domingo pasado, uno pensaría que EUA está dividido por parejo, o incluso es un país de centro-derecha en lo que respecta al derecho a elegir (“Uno ve el aborto”, insistió Tom Davis, “y la realidad del país se ha movido ligeramente a la derecha “). Pero eso no es así. En enero una encuesta de Wall Street Journal/NBC News con motivo del 40º aniversario de Roe contra Wade, mostró que nada menos que 7 de cada 10 estadounidenses apoyan la decisión. La idea básica de que las mujeres deberían tener el derecho a elegir es dominante en nuestra cultura. Por desgracia, con excesiva frecuencia, la política toma demasiado tiempo para ponerse al día con la cultura.

En las encuestas, el lenguaje que mejores resultados tiene sobre el aborto transmite el concepto del sentido común de que se trata de una decisión que nadie puede hacer por los demás. La gente sabe que esto es cierto: Cada situación es diferente; es por ello que la ley permite a las mujeres con sus médicos y sus familias la libertad de tomar decisiones sobre cuándo y cómo tener hijos.

Sin embargo, como nos recuerda la debacle de Dakota del Norte, los progresistas siguen estando urgentemente superados a nivel estatal. El lenguaje del concepto “personhood” (ser persona) es una de las leyes que impulsa Americans United for Life (AUL), un grupo que funciona por debajo del radar y que comparte su experiencia y enfoque a nivel estatal con el mismo extremismo de la American Legislative Exchange Council (ALEC). AUL compartió su legislación con los legisladores en un retiro político de ALEC. Como señaló Sady Doyle en la publicación In These Times, la batería de leyes de AUL “presenta un plan sorprendentemente amplio para prohibir el aborto a nivel estatal”, desde exigir el permiso notariado de los padres, a la prohibición de la utilización de impuestos para “la capacitación para llevar a cabo un aborto” en los planteles educativos del estado (ALEC impulsa un modelo de legislación que incluye “notificación a los padres” y engañosas leyes de “nacido vivo”). Tal como nuestro propio Lee Fang documenta en su último largometraje, “los ‘think tanks’ conservadores están en marcha, trabajando a partir de un guión similar para derribar los sindicatos y promover medidas de la extrema derecha política en las capitales estatales desde Alaska a la Florida”. Hace tiempo ya que los liberales deben ponerse al día.

Pero hay buenas noticias: Las mujeres votan, y no van a permitir que estos intentos de empujarnos de regreso a los años 50. Las mujeres saben que nuestra libertad reproductiva es la clave de nuestra autonomía, y que somos mejores madres, ciudadanas y profesionales cuando somos capaces de tomar nuestras propias decisiones sobre nuestros propios destinos. Es por ello que estas leyes draconianas ya están creando una fuerte reacción contraria entre las mujeres en todo el país. Estos esfuerzos extremos socavan la viabilidad electoral del Partido Republicano — como ya lo vimos en noviembre pasado.

Sabemos que cuando las mujeres están sanas y libres, las familias prosperan, las comunidades prosperan, los mercados crecen y las naciones prosperan. Esto se ha comprobado una y otra vez. Pero a los matones anti-familia y anti-estadounidense que empujan estos miserables proyectos de ley les vendría bien un recordatorio fresco.

Artículo en inglés