Logo The NationPublicado en inglés en la revista The Nation bajo el título Cerberus Collected Ex-Government Opportunists”. Traducido con autorización especial. Por George ZornickEste artículo apareció originalmente en Truthdig. Robert Scheer es el autor del The Great American Stickup: How Reagan Republicans and Clinton Democrats Enriched Wall Street While Mugging Main Street (Nation Books).

Qué apropiado que Dan Quayle, torpe vicepresidente de EUA, fuera a terminar como un alto ejecutivo de una firma de capital privado valorada en US$20 mil millones envuelta en la controversia. Quayle, quien se unió a Cerberus en 1999, estuvo con la compañía durante su adquisición y posterior quiebra de Chrysler, la ejecución de cuestionables contratos militares en Afganistán y, más recientemente, en la fabricación del rifle de asalto utilizado en la masacre de Newtown.

El ex senador de Indiana, a quien la mayoría de nosotros en la prensa que cubrimos la campaña presidencial de George H.W. Bush en 1988, conocíamos como el muñeco Ken, debe haber encontrado la vida en el sector privado mucho más gratificante, pero no se conoce qué tanto, ya que Cerberus es de propiedad privada.

Dan y su hijo Ben Quayle, un congresista por Arizona, han sido fervientes defensores de la NRA (National Rifle Association), pero incluso ellos deben haber quedo sorprendidos por el último — pero no el único — incidente que involucra uno de los productos de Cerberus. Ahora, la compañía reconoce que su unidad de armas,  Freedom Group Inc. — que se refiere a sí misma como “la mayor fabricante de armas de fuego y municiones comerciales”, que se vende en ochenta países — es una vergüenza en cuanto a relaciones públicas y la ha puesto a la venta.

En caso de que usted se haya perdido la conexión, igual que hicieron también demasiados de los medios de comunicación, el ex vicepresidente fue recompensado por un desempeño caracterizado por las meteduras de pata con el más lucrativo cargo de presidente de Cerberus Global Investments LLC. Fue contratado para el puesto por el CEO de Cerberus, Stephen Feinberg, un alumno del caído en desgracia y desaparecido imperio de bonos basura Drexel Burnham Lambert.

Además de poseer Bushmaster, el fabricante del arma de asalto utilizada en Connecticut, las tenencias de Cerberus han incluido Chrysler Corp., rescatada por los contribuyentes estadounidenses, y DynCorp., contratista de construcciones militares, que es objeto de una importante investigación por parte de un inspector general especial por sus actividades en Afganistán. Las tres empresas son muy dependientes de las decisiones del gobierno federal, donde una vez prestaron sus servicios Quayle y otros altos miembros del equipo de Cerberus.

Uno de ellos es John W. Snow, que aparece en la página web de Cerberus como otro miembro de su equipo de “liderazgo ejecutivo senior”. Snow fue secretario del Tesoro en el gobierno de George W. Bush. Él dimitió de ese cargo a partir de junio 29, 2006, y cuatro meses después, el 19 de octubre, Cerberus emitió un comunicado de prensa anunciando que Snow había sido nombrado presidente de Cerberus Capital Management LP. El nombramiento resultó útil, dada la experiencia de Snow en el gobierno, cuando Cerberus se hizo cargo de Chrysler en el 2007 y pronto salió a comprar ayuda en Washington para mantener la empresa a flote.

Con la ayuda de Quayle, Snow y otros miembros de la empresa con conexiones políticas, Feinberg hizo las rondas en Washington a finales de la administración Bush rogando por lo que los derechistas pro mercado libre llamarían la socialización de Chrysler: una suma de US$4 mil millones en ayuda federal. No fue suficiente para evitar la eventual quiebra y el apoyo adicional del gobierno, pero para entonces Feinberg y Cerberus se habían largado.

El uso por Cerberus de los diversos veteranos del gobierno de Bush se vio de pleno durante una llamada entre el secretario del Tesoro Henry M. Paulson Jr. y su antecesor Snow, entonces presidente de la empresa de inversión. “Esa sociedad de inversión”, escribió Louise Story del New York Times, “da empleo al señor Snow, Cerberus Capital Management, que ha utilizado su riqueza y profundas conexiones en Washington para enmarcar de manera que le aventaje el debate sobre los fabricantes de automóviles en zozobra”.

En su intento por salvar a Chrysler, Cerberus había contratado a el ex CEO de Home Depot, Robert Nardelli, para dar vuelta a la compañía, algo que no logró. Reapareció en el 2010 como director general de Cerberus Freedom Group Inc., con su “familia” de quince compañías de armas y municiones, incluyendo las empresas Bushmaster, Remington y otras marcas de mayor venta. Nardelli continuó en ese cargo hasta marzo de este año, cuando se retiró. Durante su mandato, jugó un papel decisivo en la defensa contra un control de armas más estricto, así como en lograr el apoyo de la NRA, y sigue siendo un alto asesor de Feinberg.

En la mitología, Cerbero es el perro de tres cabezas que guarda las puertas del Hades. ¡Es el nombre perfecto para una empresa cuyos líderes han vendido sus almas!

Artículo en inglés