Screen-Shot-2013-01-02-at-5.18.08-PM2Publicado en inglés en la revista The Nation bajo el título “GOP Madness on Display”. Traducido con autorización especial. Por Katrina vanden Heuvel. 

Nota de los directores: Cada semana reproducimos un extracto de la columna por Katrina vanden Heuvel en WashingtonPost.com. Aquí puede leer el texto completo de la columna de Katrina. 

Cinco años después del inicio de la peor colapso financiero de nuestra historia, todavía nos hemos recuperado. El Presidente Obama utilizó el quinto aniversario de la caída financiera para recordar a los estadounidenses sobre la “tormenta perfecta” que heredó y de las medidas que tomó para salvar la economía de una caída libre, rescatar a la industria automotriz y salvar el sistema financiero.

Sería comprensible que quisiera un poco de crédito por los 7.5 millones de nuevos empleos en el sector privado, el paso de la reforma integral de salud y los cambios en el código tributario que hacen pagar un poco más en impuestos a los que ganan más de US$450,000.

Mucho se ha hecho, pero al final de cuentas se hizo demasiado poco. La economía no ha recuperado los empleos que se perdieron en la Gran Recesión. La tasa de creación de empleo apenas ha sido capaz de mantenerse al día con los nuevos entrantes a la fuerza laboral. Más de 20 millones de personas aún se encuentran en necesidad de trabajo de tiempo completo. El 1 por ciento ha capturado casi todos los frutos del crecimiento que salió de la quiebra, mientras que la mayoría de los estadounidenses han quedado fuera de la recuperación. Los salarios de la mayoría de los estadounidenses no se mantienen a la par con los costos. Los grandes bancos están más concentrados y más grandes que nunca. Los derivados siguen siendo un arma de destrucción masiva financiera muy poco regulada.

En su declaración el lunes, el presidente Obama reconoció esta realidad. Las tendencias que estaban socavando la clase media antes de la Gran Recesión, señaló, han empeorado desde el bajón. “Hemos limpiado los escombros”, dijo el presidente, pero todavía tenemos que construir “una nueva base” para el crecimiento, buenos empleos y prosperidad ampliamente compartida.

Obama utilizó este marco para establecer los términos del próximo debate sobre el presupuesto. La derecha republicana se prepara nuevamente para tomar a EUA como rehén, amenazando con cerrar el gobierno o con el incumplimiento de nuestras deudas a fin de lograr su cometido.

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