Revista The NationPublicado en inglés el 21 de enero del 2013 en la revista The Nation bajo el título “The NFL: Where Dr. King’s Dream Goes to Die“. Traducido con autorización especial. Por Dave Zirin. A medida que EUA celebra el cumpleaños del Dr. Martin Luther King, Jr., con la juramentación del primer presidente afroamericano de este país, no cabe duda de que habrá comentarios sobre gran brecha entre la ceremonia y la realidad. Se trata de la diferencia entre el espectáculo público del juramento inaugural del presidente Barack Obama nada menos que sobre una de las Biblias del Dr. King, –y un país todavía azotado por lo que King llamó “los trillizos gigantes del racismo, el militarismo y la injusticia económica”.

Además de las festividades inaugurales, este fin de semana también estuvo marcado por un espectáculo que rivaliza o excede la inauguración en cuanto a pasión e interés: los “playoffs” (eliminatorias) de la Liga Nacional de Football. El Football de la NFL, si se mide por milla del país, es el deporte más popular en EUA. También es una especie de monumento viviente de la distancia que todavía se tiene que superar para matar los “trillizos gigantes.” Para ser completamente transparente, señalo que escribo como alguien que sigue el deporte religiosamente, pero que se esfuerza por no cerrar los ojos ante la política que a diario bombea la NFL.

En primer lugar, los juegos de football de este fin de semana presentaron una orgía de militarismo. Desde los anuncios de las fuerzas armadas, a las tomas en vivo de la 101 División Aerotransportada en el extranjero, a los aviones que sobrevolaron, el lema implícito era: “Si te gusta la NFL, vas a amar al ejército de EUA”. En medio del militarismo, no se mencionó que una traumatizante lesión cerebral es la mayor coincidencia entre la violencia y emoción cargada de adrenalina en el campo de juego y el terrible, además de peligroso, trabajo con salarios de pobreza en el ejército de EUA. La liga incluso ha participado en una asociación conjunta con el Ejército de EUA para compartir la investigación sobre dicha lesión, debido a las claras semejanzas entre ser golpeado con una granada de conmoción o un IED y ser golpeado repetidamente por un apoyador medio. No debería sorprender a nadie que los tributos de la NFL a King no mencionaran el momento cuando dijo: “Una nación que continúa año tras año a gastar más dinero en defensa militar que en programas de mejora social se acerca a su perdición espiritual. ”

El tema de la injusticia económica que King estaba abordando al final de su vida pulsea también a través de la NFL. Como dijo King: “El afán de lucro, cuando es la única base de un sistema económico, fomenta una competencia feroz y la ambición egoísta que inspira a los hombres a preocuparse más por ganarse la vida que por hacer una vida”. El hecho de que los niños dotados atléticamente vean a la NFL, con todos los peligros que conlleva, como su boleto para salir de la pobreza, dice mucho. La necesidad de sus amigos y familiares de pegarse a estos jugadores como si fueran los sustitutos de los programas contra la pobreza que ya no existen, también dice mucho. El hecho de que muchos de los pobres del país ni siquiera puedan entrar al estadio a menos que estén allí para vender pretzels o cerveza, a pesar de que han pagado por el estadio con sus impuestos, dice aún más. El hecho de que los dueños de la NFL nunca sean responsables por las lesiones en el terreno de juego, ni la explotación de los jugadores, ni el robo del erario público para pagar por sus palacios abovedados, sólo demuestra otra de las máximas de King: “Muchos estadounidenses blancos de buena voluntad nunca han conectado la intolerancia a la explotación económica. Han lamentado el perjuicio pero tolerado o ignorado la injusticia económica “.

Por último, está la cuestión más estrechamente vinculada al legado del Dr. King: el “sueño” de vivir en un mundo incoloro donde la gente sea  juzgada por el contenido de su carácter. Decir que la profundamente conservadora NFL, cuyos propietarios son todos blancos neno ejerce el prejuicio racial es como decir que Florida no sufre de sol. Durante la pasada temporada, la liga tuvo ocho posiciones de entrenador en jefe para llenar. Los ocho fueron ocupados por empleados blancos. A pesar de tan celebrada de la Regla Rooney de la NFL, que obliga a entrevistar a “candidatos minoritarios para la posición de entrenador en jefe”, la liga se ha visto reducida a cuatro entrenadores en jefe de color, incluyendo al latino Ron Rivera. Eso significa que sólo el 9 por ciento de los entrenadores son afro-americanos en una liga donde el 70 por ciento de los jugadores son afro-americanos: la mayor disparidad en una década.

Mike Silver escritor del deporte football escribió en Yahoo: “Sé que algunos de ustedes no quieren ser molestados con esas verdades incómodas y prefieren creer que todos los propietarios de la NFL (y/o individuos con el poder de contratación) son ciegos al color, faros de nobleza ultracompetitivos que están simplemente tratando de encontrar el mejor hombre para el trabajo. Si es así, siéntase libre de no leer columnas como ésta, y de hacer caso omiso de los hechos que sugieren lo contrario. Sólo sé que en mi mundo la evidencia no es tan fácilmente descartable, y un montón de hombres muy cualificados y competentes están desconcertados por la forma en que la NFL parece estar retrocediendo cuando entramos en las primeras etapas del siglo 21”.

Hablé con N. Jeremi Duru, autor de Advancing the Ball: Race, Reformation, and the Quest for Equal Coaching Opportunity in the NFL, sobre la ola de contratación totalmente blanca. Me dijo: “Parece que los más buscados después de los candidatos de entrenador en jefe durante los dos últimos ciclos de contratación de entrenadores en jefe han sido los entrenadores ofensivos, y por diversas razones, los entrenadores afro-americanos de la NFL que han alcanzado posiciones destacadas en su mayor parte han sido entrenadores defensivos …. Este año sólo una de treinta y dos personas que llaman el juego ofensivo de NFL es afro-americana, Jim Caldwell de los Ravens de Baltimore. Si los clubes de la liga permanecen enamorados de la ofensiva, no veo un aumento apreciable en el número de entrenadores en jefe de color hasta que se den mayores oportunidades en las cúpulas de las jerarquías de entrenamiento ofensivo de los clubes. La NFL dijo la semana pasada que está buscando alterar la Regla Rooney. Esperemos que cualquier alteración afecte los mecanismos de entrenamiento en el lado ofensivo del juego”.

La popularidad de la NFL, la popularidad de una liga que promueve, refleja y ejemplifica los “trillizos gigantes” del Dr King, podría no significar nada. Tal vez sea únicamente un producto increíblemente entretenido, una mezcla magnética de violencia, suspenso y fraternidad. Tal vez, como la naturaleza aborrece el vacío, sea una fuerza para la cohesión de la comunidad en un mundo aislado, atomizado. A lo mejor sea todas estas cosas, pero tal vez también simbolice algo mucho más podrido debajo de la masiva bandera de EUA desplegada en las 100 yardas antes de cada partido de playoffs. Para citar a Martin Luther King por última vez: “He llegado a ver que EUA está en peligro de perder su alma. Algo debe suceder para despertar el alma adormecida de América antes de que sea demasiado tarde”.

Artículo en inglés