Screen-Shot-2013-01-02-at-5.18.08-PM5Publicado en la revista The Nation abril 24, 2014, bajo el título, “Fast-Food CEOs Make 1,200 Times As Much As One of Their Workers—and They Want to Keep It That Way”. Traducido con autorización especial. Por Zoë Carpenter.

David Novak es el director ejecutivo de Yum! Brands, la empresa matriz que opera Pizza Hut, Taco Bell y KFC. El año pasado, mientras que Yum! Brands y otras compañías de restaurantes cabildearon en contra de aumentar el salario mínimo, Novak recibió en honorarios por lo menos US$22 millones — más de 1,000 veces lo que el trabajador promedio en un restaurante de comida rápida gana en un año. A cambio del elevado salario, Yum! ha obtenido rebajas en sus impuestos .

Zoë Carpenter
Zoë Carpenter

La National Restaurant Association, que representa a Yum! y otras empresas de restaurantes, está a punto poner en marcha la semana entrante una campaña de cabildeo en Washington en contra de un aumento del salario mínimo. Durante años, la industria de los restaurantes ha luchado por mantener bajos los salarios de sus empleados, a la vez que remunera a sus CEOs con paquetes salariales cada vez más grandes. Como resultado, la industria alimentaria es ahora el sector más desigual en la economía estadounidense. Gracias a una laguna fiscal que alienta a las empresas a aumentar el “pago por desempeño” para los ejecutivos, los contribuyentes efectivamente están subsidiando el desequilibrio.

Si bien la desigualdad entre los trabajadores de los niveles más bajos y los CEOs se manifiesta en todos los ámbitos de la economía, un nuevo informe de Demos concluye que la brecha en la industria alimentaria es excepcional. Entre 2009 y 2012, la proporción de salarios entre CEO y empleados en los servicios de alimentación y el alojamiento era aproximadamente dos veces mayor que en la mayoría de los otros sectores. En 2012, los CEOs de las empresas de la comida rápida ganaban 1,200 veces más que el trabajador promedio.

Compensación obrero vs CEO
La relación de honorarios entre el CEO y el empleado de la industria de comida rápida alcanzó 1,200 a 1 en 2012, muy por encima de otros sectores.(Demos)

¿Por qué es tan particularmente colosal la brecha entre la remuneración directiva y la media de salarios en la industria de restaurantes? Una explicación es el estancamiento de los salarios en la parte inferior, perpetúada por los bajos salarios mínimos existentes. A los trabajadores de comida rápida se les paga menos que a otros empleados en el país, y el fondo escasamente ha subido en una década. El promedio de salario por hora de la industria es de US$9.19, ubicando al salario de un trabajador a tiempo completo por debajo de los US$19,000 del umbral de la pobreza  — si está sosteniendo a una familia de tres. La mayoría de los puestos de trabajo en restaurantes de comida rápida no son ni siquiera a tiempo completo; el salario anual promedio con el promedio por hora es menos de US$12,000. El año pasado, los salarios en el sector de la comida rápida cayeron a niveles no vistos desde 2006.

Mientras tanto, la compensación para los ejecutivos de la industria de la comida rápida h más que cuadruplicado desde el 2000. Estos CEOs se embolsaron un promedio de US$23.8 millones en 2013, ubicándolos entre los mejor remunerados en EUA.

Parte considerable de su retribución viene en la forma de opciones sobre acciones y otras formas de “pago por desempeño”, que el IRS permite a las empresas deducir de sus impuestos. Ese vacío legal “sirve como un subsidio fundamental para la compensación excesiva”, según un nuevo informe del Institute of Policy Studies (IPS). “Cuanto mayor sea el pago ejecutivo, menos paga en impuesto la empresa. Y los contribuyentes medios terminan pagando la cuenta”.

En los pasados dos años, los ejecutivos de las veinte mayores empresas miembros de la National Restaurant Association ganaron en exceso de US$662 millones en honorarios deducibles. Eso le costó al gobierno alrededor de US$232 millones, IPS — el costo del valor de los cupones de alimentos para unos 145,000 hogares durante un año. En el caso de David Novack, IPS informa que Yum ! pudo descontar deducir US$23 millones de dólares de sus cuentas de impuestos en 2012 y 2013 a causa de su “pago por desempeño”.

Más allá de la obvia hipocresía de las empresas que le dan millones a sus CEOS mientras que dicen que no pueden permitirse el lujo de pagar a sus trabajadores un salario digno, el nivel de desigualdad dentro de la industria de servicios de alimentos tiene implicaciones alarmantes para el conjunto de la economía. Los puestos de trabajo creados después de la recesión han sido en gran medida en las industrias de bajos salarios, como la de servicios de alimentos. En otras palabras, los empleos que se agregan son los más desiguales. Los economistas han señalado una y otra vez que la desigualdad socava el crecimiento económico, y hay también gastos más inmediatos, tales como los casi US$7 mil millones en asistencia pública que los trabajadores de la industria de comida rápida requieren para compensar la brecha entre los salarios bajísimos y el costo de la vida.

Según Demos, la brecha salarial podría perjudicar a las mismas compañías de comida rápida, con la mala publicidad que afecta a su reputación, y los bajos salarios resultando en mal servicio al cliente. “Los consumidores están cada vez más insatisfechos con sus experiencias en las compañías más grandes de comida rápida”, encontró el informe de Demos. “Además de los asuntos operativos, las prácticas de salarios bajos de los empleadores de comida rápida han creado vulnerabilidad a las empresas a riesgos jurídicos costoso”. La franquicia de McDonald’s, por ejemplo, llegó a un arreglo por US$500,000 con empleados sobre el trabajo no remunerado, deducciones salariales y otras infracciones, mientras que las demandas colectivas pendientes en por lo menos otros dos estados acusan de presunto robo de salarios .

Artículo en inglés