Screen Shot 2013-01-02 at 5.18.08 PMPublicado en inglés el 12 de febrero del 2013 en la revista The Nation bajo el título “Media Play Down Pope Benedict’s Role in Sex Abuse Scandals”. Traducido con autorización especial. Por Greg Mitchell. 

Cuando el Papa Benedicto repentinamente anunció su renuncia ayer — encantador, les dio el “previo aviso de dos semanas” clásico —  fueron pocos los medios comunicación más importante que mencionaran en su reportaje el papel de Benedicto XVI en los trágicos escándalos de abusos sexualess que han azotado a la Iglesia Católica en los últimos años y que pueden haber sido un factor en su impactante abdicación.

Sí, él había estado enfermo y tenía 85 años, definitivamente pasada la edad de jubilación para la mayoría de las profesiones — pero muchos papas anteriores se encontraron en las mismas sin que hubieran renunciado —  por varios siglos.

Justo la semana pasada, HBO transmitió el nuevo y excelente documental de Alex Gibney Mea Maxima Culpa que se centra en el abuso sacerdotal y encubrimiento en una escuela para sordos en Wisconsin, pero también nombra al antiguo cardenal Ratzinger como el custodio de los archivos de abuso durante años (y otros errores por omisión o por comisión). Ayer, bromeando, dije que el papa había anunciado su renuncia “para pasar más tiempo con su familia … de documentos abusos sacerdotales”.

Y Gibney me escribió, “Lúgubre Recordatorio: Cardenal Mahony de Los Angeles, que tanto hizo para proteger a los abusadores sexuales, es parte del cónclave para elegir nuevo Papa.” (Más información aquí.)

La mayoría de los reportajes en los medios de comunicación mencionó los escándalos de abusos sexuales de paso — tampoco es que pudieran no haberlo hecho — pero pocos hicieron referencia alguna al hecho que Benedicto/Ratzinger pudo haber contribuido a ellos a través de su falta de acción. Puede ser que los medios de comunicación no se hayan centrado sobre esto en sus reportes, pero las organizaciones de apoyo y a las víctimas sí lo hicieron. En Wisconsin, la “Red de sobrevivientes de los abusados por sacerdotes” (SNAP por sus siglas en inglés) declaró que un nuevo Papa debe hacer lo que Benedicto XVI no hizo:

El Papa Benedicto XVI, quien anunció hoy que dimitirá el 28 de febrero, dejará su cargo como papa sin haber tomado la única decisión, simple moral y ejecutiva que, con un solo trazo de su pluma, habría protegido potencialmente a millones de niños de la violencia, traído justicia a cientos de miles de víctimas, y finalmente colocado a la iglesia en un camino hacia la verdadera recuperación y reforma: cero tolerancia mundial sobre el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes

Debido a que nunca emitió tal decreto, Benedicto termina su mandato no sólo con un sinnúmero de niños en situación de riesgo por todo el mundo, pero también decenas de cardenales y obispos en las posiciones de liderazgo que están activamente cubriendo el abuso sexual infantil.

Sorprendentemente, en todo el mundo hoy en día, aunque hubo una modificación en la ley de la iglesia permitida por el Vaticano para EUA, si usted es un sacerdote y su obispo ha encontrado que ha violado o asaltado sexualmente a un niño, usted puede permanecer en el sacerdocio y ministerio y sus crímenes se mantendrán en secreto y gozarán de la impunidad.

Algunos medios de comunicación publicaron al día siguiente artículos de opinión o editoriales centrándose en el problema de abuso, aunque rara vez enfocando en la probable culpabilidad de Benedicto XVI. Jason Barry en The New York Times, por ejemplo, pidió a Benedicto que tomara por lo menos una medida positiva antes de salir — obligando la salida del cardenal Angelo Sodano, quien fue una figura central en el “encubrimiento” (durante mucho tiempo con el acuerdo Benedicto) en el documental de Gibney. Escribe Barry que Sodano, decano del Colegio de Cardenales, fue el hombre “quien, más que ningún otro, encarna el mal uso del poder que ha corrompido a la jerarquía de la Iglesia”.

Sin embargo, agregó: “El Cardenal Sodano no es el único: Una larga lista de líderes han traicionado a los católicos de todas partes con evasiones patológicas, enviando a conocidos delincuentes sexuales a centros de tratamiento para evadir la ley y luego plantándolos en las parroquias y hospitales donde encontraron nuevas víctimas”.

Artículo en inglés