images11Publicado en inglés el 5 de agosto de 2013 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “In China an Unprecedented Demographic Problem Takes Shape”. Traducido con autorización especial.

Resumen

La sociedad china está al borde de una transformación estructural aún más profunda que el largo y doloroso proyecto de reequilibrio económico que el Partido Comunista ansiosamente ha comenzado a emprender. La población china está envejeciendo más rápidamente de lo que está mejorando su situación económica, dando lugar a un gran desequilibrio demográfico con importantes implicaciones para los esfuerzos del Partido por transformar la economía china y preservar su propio poder durante la próxima década.

Análisis

Dos informes en los medios de comunicación chinos destacan diferentes aspectos de la creciente contracción demográfica de China. El Ministerio de Educación informó el 21 de agosto que más de 13,600 escuelas primarias cerraron en todo el país en 2012. El ministerio se refirió a los dramáticos cambios en el perfil demográfico nacional para explicar los extensos cierres, y señaló que entre 2011 y 2012 el número de alumnos en las escuelas primarias y secundarias se redujo entre casi 150 y 145 millones. También confirmó que entre 2002 y 2012, el número de alumnos matriculados en las escuelas primarias se redujo en casi un 20%. El informe del ministerio se produjo un día después de que un artículo en el Diario del Pueblo, el periódico del gobierno, advirtiera sobre la inminente crisis de la seguridad social de China: se espera que el número de ancianos aumentará de 194 millones en 2012 a 300 millones en 2025.

El Partido Comunista ya está considerando medidas para contrarrestar, o al menos limitar, el impacto a corto plazo de los cambios demográficos en la sociedad china. Por un lado, el partido sigue coqueteando con la relajación de la política de un único hijo a fin de aumentar las tasas de fertilidad, más recientemente con un programa piloto potencial en Shanghai que permitiría a las parejas de solo un hijo tener otro hijo. Por otra parte, el gobierno ha propuesto aumentar la edad de jubilación nacional de 55 a 60 años para las mujeres y de 60 a 65 años para los hombres. Si se aplica, ello alinearía la política de jubilación de China más en consonancia con las normas internacionales y retrasaría algunas de las presiones sociales, financieras y otras creadas por el auge en el número de jubilados que dependen de pensiones del gobierno y del cuidado de sus hijos.

VIEJO CHINOPero incluso ajustes radicales en la política sobre el único hijo o de la edad de jubilación nacional crearían sólo alivios temporales y parciales al problema del cambio demográfico. Ya no está claro del todo que la política de un solo hijo tiene ningún impacto apreciable en el crecimiento de la población en China. La baja tasa de fertilidad de China (1.4 hijos por mujer, en comparación con un promedio de 1.7 en los países desarrollados y 2.0 en EUA), así como resulta de la aplicación draconiana de una política también refleja en algo la lucha de parejas urbanas por hacer frente al rápido aumento del costo de la vida y la educación en muchas ciudades chinas.

Del mismo modo, posponer por cinco años la edad de jubilación sólo dilatará parcialmente lo inevitable y, mientras tanto, generará fuerte oposición por parte de un importante grupo de profesionales, incluyendo a muchos funcionarios. Al ajustar la edad de jubilación, el gobierno también corre el riesgo de agravar la crisis del empleo entre la dinámica población urbana de graduados universitarios desempleados, muchos de los cuales están buscando filtrarse en la escala laboral a medida que trabajadores de edad van retirándose de la fuerza laboral. En este contexto, el Partido Comunista debe evaluar cuidadosamente los ajustes de política — cualquier cambio que produzca en un área que pueda crear nuevas tensiones en la fuerza laboral en otros lugares.

El quid del problema demográfico de China reside en el hecho de que, a diferencia de Japón, Corea del Sur, EUA y países de Europa occidental, la población de China envejecerá antes de la mayoría de ellos siquiera se aproximen al estatus de ingresos medios, y mucho menos la riqueza. Es un fenómeno que no tiene precedentes históricos, y sus consecuencias se hacen aún más impredecibles porque coinciden con el distanciamiento forzado de la economía china de un modelo económico basado en la explotación de una inagotable mano de obra barato hacia uno en la que se espera que los jóvenes chinos puedan sostener la vida económica del país, igual como trabajadores que como consumidores. La reforma logrará un alivio temporal de la crisis demográfica, pero una solución a largo plazo está lejos de su alcance.

Artículo en inglés

Foto cortesía  bobwong3 via flickr