logoPublicado en inglés el 20 de mayo del 2013 por Stratfor Global Intelligence bajo el título “Syria: Outside Patronage and a New Offensive for the Regime”. Traducido con autorización especial. 

Resumen: La batalla por la ciudad siria de Al-Qusayr, que cayó bajo fuego de artillería del régimen el 19 de mayo es en realidad parte de una batalla más grande por la muy codiciada provincia de Homs. Como señalamos en el año 2012, la batalla tiene consecuencias de gran alcance para los rebeldes sirios ya que Al-Qusayr se encuentra en un importante punto de tránsito para los suministros y refuerzos rebeldes que llegan de Líbano. Pero es igualmente importante para las fuerzas leales. Si el régimen sirio pierde el control del valle del río Orontes y sus principales cruces de carreteras, Damasco será en gran parte aislado de Aleppo y la costa donde dominan los alauitas, lo que limitaría el acceso del régimen para las líneas de alimentación de las ciudades portuarias.

La renovada ofensiva del régimen contra Al-Qusayr fue posible gracias al apoyo de Irán, Rusia y Hezbollah. Sin embargo, la geografía determina qué lado tendrá la ventaja. En el norte y el este de Siria, el régimen se mantiene a la defensiva; en el centro, la ventaja pertenece claramente al régimen. Con el país dividido en dos, la guerra civil de Siria seguirá siendo un conflicto prolongado — incluso cuando el régimen supere a la oposición en Al-Qusayr.

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Análisis: Con el apoyo de los combatientes de Hezbolá, las fuerzas leales comenzaron su ofensiva contra Al-Qusayr con intenso fuego de artillería. Dado que los rebeldes están atrincherados en posiciones fijas en toda la ciudad, el fuego masivo de artillería puede tener un efecto particularmente devastador. Las fuerzas del régimen están desplegadas en gran parte al norte y al este de la ciudad, mientras que los combatientes afiliados a Hezbollah presuntamente avanzaban sobre la ciudad por el sur y el oeste.

Hezbollah ha estado involucrado desde hace rato en la lucha por Homs, pero la ofensiva del 19 de mayo marca una clara escalada en la participación de Hezbollah. Las tensiones en el Líbano han crecido junto a este aumento en la participación. Por ejemplo, los rebeldes atacaron la ciudad libanesa de Hermel con artillería de cohetes el 19 de mayo. Y el furor de los suníes libaneses hacia Hezbollah amenaza con desbordarse en un conflicto armado a gran escala.

Apoyo externo: Al-Qusayr no es el único teatro de la guerra en donde al Assad ha recibido considerable apoyo externo. Irán y Rusia continúan entregando material y equipo de alta necesidad, incluidas las piezas de repuesto necesarias para mantener la ventaja fundamental del régimen sobre los rebeldes: su fuerza aérea. Teherán y Moscú han presutamenteo desempeñado un papel importante al suministrar apoyo económico, que se utiliza para financiar el esfuerzo de guerra y pagar generosos sueldos a las fuerzas de seguridad.

La ayuda externa también permitió a Siria crear una nueva milicia, conocida como la Fuerza de Defensa Nacional, para compensar las pérdidas sufridas por el ejército. Con la ayuda de asesores de Irán y de Hezbollah, el régimen logró entrenar y desplegar rápidamente los efectivos de esta milicia. La Fuerza de Defensa Nacional ha traído mano de obra confiable a la causa lealista, pero de igual importancia, ha ayudado a liberar el ejército convencional para que ejecutar difíciles operaciones ofensivas.

Reforzadas por esta ayuda externa, las fuerzas leales han aumentado su capacidad de golpear las posiciones rebeldes en el centro de Siria, que se extiende desde Damasco hasta la costa alauí y pasa a través de la gobernación de Homs. Esta división crea problemas para ambos lados. En la actualidad, las fuerzas de Al Assad son incapaces de lanzar ofensivas integrales para aliviar sus posiciones en el norte y el este. Por su parte, a los rebeldes también les resulta casi imposible aliviar sus camaradas sitiados en las ciudades de Homs y Al-Qusayr.

De hecho, en los últimos meses, los combates han regresado a las batallas de agotamiento y campañas de desgaste. Los casos en que los rebeldes podían tomar rápidamente una gran ciudad en sólo unos pocos días — como lo hicieron en Raqqa — son la excepción y no la norma.

El control de Homs: En la batalla de Homs, el apoyo externo confiere al régimen una ventaja militar. Pero a pesar de esta superioridad, el régimen probablemente no va a acabar por completo con la resistencia rebelde, incluso si captura nuevamente Al-Qusayr. Una y otra vez los rebeldes han demostrado talento para el repliegue de las zonas en las que el régimen moviliza fuerza abrumadora. El régimen ha tenido el cuidado de rodear Al-Qusayr desde todas las direcciones, pero los rebeldes continuará escapando a través de las brechas al campo o a otros bastiones rebeldes en Homs, como Rastan y Talbiseh.

Sin embargo, gracias a la considerable ayuda de Hezbollah, el régimen ha sometido en gran medida las operaciones rebeldes en la gobernación de Homs, un objetivo que ha tratado de lograr desde las primeras etapas de la rebelión. El control sobre Homs permitirá a al Assad desplegar rápidamente sus fuerzas desde el norte al sur para enfrentar las amenazas rebeldes emergentes. También proporcionará una vía clave de retirada de la costa alauita en caso de que se vea obligado a escapar de Damasco.

Artículo en inglés

Mapa via Stratfor