Donald Trump en su laberintoPara un presidente que abre las reuniones de su gabinete con loas y alabanzas por parte de cada uno de sus ministros, como el mundo presenció en vivo el verano pasado, esta semana debe haber sido particularmente inmisericorde para él.

Porque la atención del mundo estuvo centrada en dos funerales, que los medios y las redes sociales han trasmitido 24/7. Y en los que más claro no pudo quedar que Donald Trump no había sido invitado.

En uno, en particular, de un senador considerado como héroe nacional el mismo difunto pidió que la puerta se cerrara al actual presidente.

De hecho, toda la pompa y ceremonia, con una orquestación perfecta hasta en el último detalle, que ha acompañado el funeral de John McCain fue básicamente un rechazo contundente a la política del presidente.

El hecho de que McCain haya sido preso de guerra durante cinco años en Vietnam, torturado brutalmente y en aislamiento solitario, recuerda que Donald Trump encontró excusas para no participar en una guerra que apoyaba. También recuerda las palabras del candidato Trump asegurando que McCain no había sido héroe porque fue capturado

Por más silencio que guarde Donald Trump (hasta el momento) sobre el tono del solemne evento, el eco de las palabras de Megan McCain, hija del difunto senador, retumba por los corredores de poder en la capital.

El hecho de que Barack Obama, primer presidente afroamericano de EUA, haya sido uno de los oradores en las exequias en la Catedral Nacional, recuerda el racismo con que un empresario llamado Donald Trump preparó el terreno para su campaña 2016. Fue él quien negó en todos los foros posibles que Obama fuera estadounidense, el llamado movimiento de los “birthers”, que era una manera de decir que un negro no puede ser presidente de una nación blanca.

Igual con el ex presidente George W. Bush.

El tono respetuoso, no obstante las diferencias, que distinguió la carrera política del difunto senador, recuerda que más que nunca que Donald Trump usa el insulto personal, el apodo humillante, el ridículo, la grosería contra cualquiera que se cruce su camino.

Por esa razón, el presidente debe estar iracundo.

Respecto al funeral de la Reina de Soul, Aretha Franklin, ni hablar. En su intervención, el reverendo Al Sharpton recordó el papel que ella jugó apoyando el movimiento por los derechos civiles durante la década del 60.

Sharpton, ante los ojos del mundo, respondió al comentario del presidente Trump cuando se enteró que había muerto Arethat Franklin. Trump dijo, “Oh, ella trabajó para mí”.

No, dijo Sharpton. “Aretha hizo una presentación para Trump. Ell abajó para nosotros”, recordando que la emblemática vocalista jugó un papel clave en el movimiento pro derechos civiles.

Se dice que la primera dama está furiosa. Melania, quien en meses recientes ha tenido que sufrir titulares que ubican al presidente en la cama con conejitas de Playboy y la estrella de porno conocida como Stormy Daniels en los mismos instantes en que ella daba a luz, además de docena y media de otras mujeres que acusan al presidente de haberlas agarrado, manoseado, besado, se siente humillada por lo de estos días.

Según una hoja de chismes, Hollywood Life, “Hace que Melania se sienta mal por el hecho de que Donald ni era bienvenido ni fue invitado al funeral de Aretha, ni tampoco al de McCain, y luego escuchar a los oradores sutilmente atacando en contra del marido de ella en el funeral de Aretha solo empeora las cosas. Melania quisiera que a más gente le guste su familia y se siente constantemente avergonzada por la opinión pública sobre su esposo y cuando la gente le dispara a él y a su familia, realmente duele “.

Pero estos no son los únicos problemas que enfrenta Donald Trump, un hombre que tiene un vocabulario de un niño de 10 años, que afectado por un yoísmo como el de pocos (“yo, yo, yo, yo, yo, yo”) más agudo que se ha visto en la vida pública reciente.

Ahora también sufre de un aislamiento descrito por su equipo como “His aides say he is behaving as if he is cornered”, indica por Twitter Maggie Habberman, corresponsal del New York Times en la Casa Blanca.

Mike Allen de Axios captura la situación.

A new Washington Post/ABC News poll found a record 60% of Americans view him unfavorably

Se está quedando sin abogados. Not only is top White House lawyer Don McGahn leaving soon, but McGahn deputy counsel Annie Donaldson is expected to leave soon after. “[T]he White House Counsel’s Office has dwindled to about 25 lawyers, down from roughly 35,” per the WashPost.

His allies are buckling, with embarrassing admissions in the plea deal by personal lawyer Michael Cohen.

Immunity has been granted to his gossip shield, David Pecker, CEO of the National Enquirer’s publisher; and Trump Organization CFO Allen Weisselberg.

Tensions with staff run high as ever. He has never been close to many of his top staffers, and this is more true than ever.

Una nueva encuesta del Washington Post/ABC News encontró un récord del 60% de los estadounidenses lo ven desfavorablemente

Se está quedando sin abogados. No solo se está yendo el abogado principal de la Casa Blanca, Don McGahn,  sino que la abogada adjunta de McGahn, Annie Donaldson, se irá poco después. “La Oficina de Abogados de la Casa Blanca se ha reducido a unos 25 abogados, menos de aproximadamente 35”, según el Washingto Post.

Sus aliados se están mareando, con embarazosas admisiones en el acuerdo de culpabilidad del abogado personal Michael Cohen.

Inmunidad ha sido otorgada al dueño de tabloide de supermercados, entre ellos el National Enquirer, David Pecker,y el director financiero de Trump Organization, Allen Weisselberg.

Las tensiones con el personal son altas como siempre ha sido. Nunca ha forjado una relación de cercanía con los más importantes en su equipo, y esto es más cierto que nunca.

En una semana en mucho aconteció en EUA, el presidente no tiene quien le invite.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 9/2/2018