La campaña de los llamados “birthers” que cuestionó la legitimidad de Barack Obama como presidente de EUA tenía ante todo un cariz racista, dice el New York Times en un editorial titulado “Un certificado de vergüenza”.
Lamenta que en momentos cuando “La gente está sin trabajo, soldados estadounidenses están combatiendo y muriendo en el exterior, viéramos las cámaras grabandolo mientras afirmaba que había nacido en un hospital de Hawaii”.
Pero lo más alarmante, apuntó el Times, fue que “haya sido en respuesta a un ataque sin fundamentos cargado en connotaciones raciales”.
Ello se debe a que el asunto nunca fue realmente sobre ciudadanía; fue simplemente una pantalla para aquellos que jamás aceptaron la legitimidad del presidente, “…por una diversidad de razones que combinan la ideología, una gran frustración política pero, lo más insidioso de todo, la raza”, agrega.
Nunca habría sucedido con un presidente de raza blanca, apunta.
El Times reconoce que el concepto comenzó con los sectores más extremistas de la ultraderecha, pero políticos republicanos, como la ex gobernadora de Alaska y candidata vice presidencial en el 2008 Sarah Palin, igual que el actual presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, entre otros, avalaron las acusaciones.
Desde un punto de vista táctico, concluye el editorial, fue sabio de parte del presidente el haber producido el certificado de nacimiento y marginalizar así a aquellos que quieren seguir martillando ese clavo. Sin embargo, anota “Es trágico que la política de EUA se alimente con un fuego tan venenoso”.
Foto cortesía Casa Blanca
