Mientras EUA se adapta al cambio en la Casa Blanca, y los historiadores debaten si ha habido un peor presidente en los dos siglos y medio de la república, cada instante que pasa deja claro Trump y su combo han dejado tras de sí un desastre de proporciones épicas. 

Por ahora, lo más visible es la ausencia de un plan de vacunación contra Covid, que ya ha causado más de 400,000 fallecimientos. 

CNN informa que pocas horas después de que el nuevo presidente tomara posesión el miércoles, fuentes revelaron que “una de las mayores conmociones que el equipo de Biden tuvo que digerir durante el período de transición fue lo que consideraron como una falta total de estrategia de distribución de vacunas” bajo Trump , a pesar de que ya se habían aprobado varias vacunas. “No hay nada con que trabajar. Vamos a tener que construir todo desde cero”, dijo una persona familiarizada con el asunto a CNN, y otra agregó que la reacción al enterarse de que tendrían que empezar desde cero fue: “Guau solo una afirmación más de completa incompetencia”.

Biden ha dicho que quiere inocular a 100 millones de estadounidenses en sus primeros 100 días, ambiciosíma meta que obviamente se habría hecho un poco más fácil si su predecesor hubiera pasado sus últimos dos meses en el cargo concentrado en el virus mortal, en lugar de jugar golf e intentar cambiar el resultado de las elecciones incluso mediante un golpe de estado. 

Poco después de prestar juramento en el cargo, Biden firmó una orden ejecutiva que requiere máscaras en propiedad federal, además de revertir la tremendamente mezquina decisión de Trump de retirarse de la Organización Mundial de la Salud.  

Detener la pandemia será la prioridad de Biden por los próximos meses. Si EUA logra vacunar a 80% de la población, se podrá lograr lo que se conoce como inmunidad de rebaño y, en gran parte, superar la crisis. 

Esa es la ruta, en la que se han perdido valiosos momentos. 

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