Un día como este en 1955, Rosa Parks se negó a ceder su puesto a un hombre blanco en un autobús en Montgomery, Alabama, y fue detenida.
Este acto de desobediencia fue un aventón al emergente movimiento por los derechos civiles y la libertad de la población afroamericana de EUA.
Rosa Parks llevaba años de activismo, como organizadora sindical en la defensa de los Scottsboro Boys. De hecho, en varias ocasiones había sido obligada a bajarse del mismo autobús por negarse a ceder su puesto a un blanco.
Esta vez, cuando el conductor llamó a la policía y un agente vino a detenerla, su respuesta fue “¿Usted por qué siempre anda empujándonos”.
En el momento que fue detenida, ya varios activistas afroamericanos habían sufrido la misma suerte y la comunidad estaba “al punto de la explosión”.
“Estoy cansada de ser ciudadana de segunda”, dijo. Desde niña había dicho.
En sus escritos posteriores, Rosa Parks dijo que el objetivo no era la integración del sistema de autobuses sino luchar contra todo el sistema de racismo que se conocía como Jim Crow, desde negar a los negros el derecho al voto, hasta la impunidad en atrocidades racistas, como el caso de Emmett Till, joven de 14 años linchado en Mississippi y cuyos asesinos acababan de quedar libres.
La detención de Rosa Parks, que en aquél histórico momento tenía 42 años, inspiró un joven ministro Martin Luther King Jr., quien a su vez movilizó ayuda para el boicot al sistema de transporte de la ciudad. Al cabo de 382 días, periodo durante el cual activistas de los estados del norte habían movilizado a Montgomery, logró la desegregación de los autobuses en Montgomery, punto de inflexión en el movimiento pro derechos civiles.
Rosa Parks moriría en 2004. Hasta el fin de su vida siguió apoyando la rebeldía de los oprimidos y la lucha por un mundo mejor.
Via: The Nation
