Investigadores se acercan a la Casa Blanca Informa el New York Times que el 29 de diciembre 2016, K.T. McFarland, una de las encargadas de la transición del equipo Trump a la Casa Blanca escribió que las recién anunciadas sanciones contra Rusia de la saliente administración Obama tenían como objetivo desprestigiar la victoria de Trump, que solo mes y medio antes había tomado al mundo por sorpresa.

Las medidas que incluían expulsión de diplomáticos y suspensiones de visas eran la respuesta oficial del gobierno de EUA a la  injerencia rusa en las elecciones presidenciales, que el FBI había documentado.

Dijo en su nota la señora McFarland que, además, dificultarían la reducción de tensiones entre EUA y Rusia que, según el correo obtenido por el New York Times, “acaba de tirarle la elección de EUA” a Donald Trump.

Los abogados de la Casa Blanca sostienen que McFarland usó un lenguaje irónico, repitiendo el tono que ya estaba empleando la oposición a Donald Trump.

McFarland era conocida como el “cerebro de Michael Flynn”, ex general de tres estrellas y ex asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca durante un poco más dos semanas, quien el 1 de diciembre se declaró culpable de haber mentido al FBI sobre sus reuniones con diplomáticos rusos. McFarland dejó la administración durante el verano y ahora se presenta como “nominada Embajadora de Singapur esperando confirmación”.

Flynn, quien se integró en la campaña Trump 2016 desde su lanzamiento, ha afirmado que colaborará con la investigación del fiscal especial Robert Müeller.

Desde comienzos de noviembre se viene diciendo que los investigadores de Flynn tienen suficiente material para imputarlo bajo cargos mucho más graves que mentir al FBI. Pero están presionándolo para que cante — usando una ténica de cartilla de investigaciones. Y mientras más alto cante, mejor.

Y la canción de Flynn se acerca a diario al círculo más íntimo de Donald Trump, que incluye su hijo, Don Jr.; su yerno, Jared Kushner, y otros.

Los argumentos que ha esgrimido la administración se han desmorado uno por uno.

Las diversas versiones, con frencuencia altamente contradictorias, solo agregan leña a un fuego que la consume cada vez más.

A fines de octubre, cuando el ex presidente de la campaña Trump, Paul Manafort y Rick Gates fueron imputados por varios cargos, incluyendo lavado de dinero y conspiración contra EUA, voceros de la administración y el propio presidente dijeron que habían jugado papeles secundarios en la campaña. Igual cuando un tal George Papadopoulos se declaró culpable de mentir al FBI — era el que traía los cafés, dijeron.

No se puede decir lo mismo de Flynn, quién fue la mano derecha de Trump en cuando a política de seguridad desde 2015

Aunque admitió culpabilidad por mentir al FBI (¿qué tenía que esconder un hombre con 30 años de experiencia en materia de seguridad?),  documentos legales indican que Flynn tuvo conversaciones con el embajador ruso Sergei Kislyak sobre política exterior. Flynn pidió a los rusos que esperaran antes de responder a las sanciones y, además, pidió que ayudara a derrotar una moción en las Naciones Unidas crítica al gobierno de Israel.

La pregunta nuevamente es, ¿por qué mintió Flynn al FBI? ¿Qué tiene que esconder? ¿A quién defendía?

Tampoco pinta bien el que la administración no hubiera sabido que Flynn iba a cantar.

¿Quién es el próximo?

Para los lectores que se encuentran algo confusos sobre el asunto conocido como “Russiagate”, recordamos que la administración Trump está al centro de tres investigaciones: por la Cámara de Representantes, el Senado, y un Fiscal Indpendiente nombrado por el departamento de Justicia. El mismo Fiscal General de la Nación, Jeffrey Sessions, un hombre de Trump desde el primer día, se ha visto involucrado y ha sido acusado de decir verdades a medias — o mentir.

Las investigaciones centran en dos puntos: ¿Hubo colusión entre la campaña Trump con Rusia para ganar la presidencia? Y, ¿tuvo lugar un intento de obstrucción a la justicia desde la presidencia para descarrilar la investigación de estos vínculos. La historia de las investigaciones a los presidentes de EUA ha mostrado que en muchas ocasiones la ofensa no es tan grave como sus intentos de encubrir.

Para quienes dicen que no se ha comprobado nada hasta el momento, recordamos que las investigaciones están muy lejos de concluir y, hasta el momento hay dos imputados — Manafort y Gates — que no han hablado; y dos declaraciones de culpabilidad por cargos menores bajo condiciones de colaborar, Papadopoulos y Flynn.

Seguiremos comentando.

Otra semana que pasó en EUA

Carlos F. Torres

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 12/03/2017