LapidasEl juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
Señores guardias civiles:
aquí pasó lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses.

Reyerta – Poemas de Federico García Lorca 

Con 36 vidas perdidas cada 24 horas ante la violencia de armas de fuego en EUA, desde que tuvieron lugar los ataques del 11 de septiembre de 2001, más estadounidenses han muerto que los habitantes de una ciudad como Fort Lauderdale.

Si se fueran a alinear uno por uno los 169,344 cadáveres, como la línea divisoria de la carretera, cubriría la misma distancia de Key West a Miami.

Mientras tanto, la nación ha dedicado miles y miles y miles y miles de millones a “defenderse” del terrorismo extremista musulmán, que ha causado 74 muertos estadounidenses desde los ataques del 11 de septiembre.

Esta semana, cuando tuvo lugar la 245 balacera masiva contra una escuela en EUA en lo que va del año, la respuesta colectiva de la nación fue la misma de siempre.

El lamento. La denuncia. La oración. El llamado de unos a controlar las armas; de otros a armarse más.

La cobertura 24/7.

Lo mismo de siempre.

Esa política de hacer lo mismo de siempre — así no traiga resultados — salió a relucir también esta semana en el caso de Afganistán, donde bombas de EUA causaron destrucción y muerte en un hospital de la organización Médicos Sin Fronteras.

Nuevamente, los militares hablaron de “daños colaterales” e investigaciones, olvidando mencionar que el efecto entre el apoyo público: Las bajas civiles ayudan a los enemigos.

Afganistán, un gobierno impuesto por las armas de EUA, mantenido por el interminable flujo de dólares que envía esa nación, donde la corrupción es omnipresente, ha comenzado a desmoronarse ante las fuerzas de los talibanes.

Y todo indica que la única idea que surge de Washington parece ser la misma de siempre: Más armas, más tropas.

Es lo que estamos presenciando en Siria e Irak donde no parece existir una política coherente contra el Estado Islámico o ISIS, un monstruo medieval engendrado en gran parte por la invasión en 2003 por Irak en busca de las llamadas armas de destrucción masiva.

También esta semana se vio, nuevamente, la bancarrota de la política de EUA de apoyar los “insurgentes moderados” en Siria contra el régimen de Assad cuando se supo que le están entregando las armas a los extremistas. 

Se vivió brevemente una tormenta en un vaso de agua cuando se hizo público que durante su visita a EUA, el Papa se había “reunido” con Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negó a emitir licencias matrimoniales para las parejas gay. Poco después se supo que el evento no había sido más de un saludo en medio de otras personas en la embajada del Vaticano, a invitación de un arzobispo, sin conocimiento del Pontífice.

En el campo de la política electoral, escuchamos menos de Donald Trump.

En cuanto a los demócratas, vimos que Hillary Clinton sigue sufriendo en las encuestas a raíz del escándalo de los correos electrónicos. Muy probablemente ello se debe a que su respuesta inicial fue la misma de siempre: Descartar la importancia y negarse a reconocer todo error.

Otra semana en EUA donde pasó lo de siempre.

Carlos F. Torres

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, New York, Octubre 4, 2015 

 

 

 

 

Imagen cortesía TheEbonSwan2 via flickr