Condiciones de los niños de la fronteraTraducimos al español apartes de una nota por Angelina Chapin publicada en inglés en The Huffington Post, que documenta las inhumanas condiciones bajo las cuales están los niños detenidos en la frontera México-EUA.

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Después de 12 horas, a Dixiana [pseudónimo para proteger su identidad] la transfirieron lo que ella llama la “perrera” — un espacio cercado con valla de enlace — desde donde alcanzaba a ver a su madre en otra celda. Dixiana dice que en un momento en que ella estaba medio dormida un guarda la pateó para despertarla mientras buscaba a una chica con un nombre similar al de ella. En el transcurso de los días siguientes, permaneció en una celda sin ventanas, sin saber si era de día o de noche, llorando porque echaba de menos a su madre.

HuffPost se ha enterado que el Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional (Center for Human Rights and Constitutional Law) presentó un informe en un tribunal federal en Los Angeles el lunes con las historias de más de 200 niños migrantes y sus padres, detallando las terribles condiciones que enfrentan en las estaciones de la Patrulla Fronteriza, y las instalaciones y centros de detención del servicio de Inmigración y Aduanas. HuffPost ha revisado estas denuncnias que incluyen agresiones físicas y verbaesl, condiciones de sueño insostenibles y agua potable insalubre.

Peter Schey, director ejecutivo de la fundación del centro de abogados, escribió en el expediente que aproximadamente el 90 por ciento del testimonio que él y un equipo de unos 100 abogados reunieron es “impactante y atroz” y que los niños con los que hablaron estaban ” llorando, temblando, hambrientos, sedientos, sin dormir, enfermos y aterrorizados”.

“El tratamiento de estos niños equivale a la tortura”, dijo Schey a HuffPost, agregando que la situación ha empeorado bajo la administración Trump. “Vemos prácticas de hambre forzada, deshidratación forzada e insomnio forzado junto con insultos rutinarios y agresiones físicas”.

Las estaciones de la Patrulla Fronteriza tampoco cumplen con los estándares básicos de higiene, según los documentos presentados a la corte. Muchos de los niños describen a los guardias dándoles agua con sabor a cloro. “Solo bebí dos veces porque no me daba confianza”, dijo Justin, un niño de 13 años de El Salvador. “La veces que bebí sentí una sensación extraña en el estómago”. Una madre, llamada Yojana, dijo: “Tuvimos que beber agua del inodoro para mantenernos hidratados”.

Los niños describieron tener que pasar más de cinco días sin bañarse y con acceso limitado a jabón, cepillos de dientes y pasta dental. Fátima dice que su hija de 8 años tuvo que usar ropa interior sucia durante dos días porque los guardias no le permitieron ducharse.

La presentación ante el tribunal del centro de justicia, que tiene más de 1,500 páginas, pinta el cuadro oscuro de las crueles condiciones que sufren muchos niños migrantes. El 27 de julio, Schey presentará sus declaraciones ante un tribunal federal y le pedirá al juez de distrito de EUA, Dolly Gee, que designe un supervisor independiente que tenga el poder de garantizar que las instalaciones cumplan con los estándares delineados en el acuerdo de Flores.

“Esta historia es más que separar a los niños de sus padres”, le dijo a HuffPost. “La imagen más grande es el hambre forzado la privación del sueño el insomnio y aterrorizar a estos niños”.

Artículo completo en inglés

Imagen via HuffPost