Un mes y cinco días desde que explotó la plataforma petrolera de la BP en el Golfo de México, el flujo de petróleo sigue sin contenerse, compañias y políticos se culpan mutuamente, y el mundo presencia el desencadenamiento de una crisis ecológica sin precedente en los EUA continentales.

Mar afuera, informes indican que las columnas de petróleo están alcanzando la corriente del golfo lo cual afectará la costa este de los EUA, donde millones de personas preparan sus vacaciones de verano.

Hacia el litoral, hace ya más de una semana comenzaron a aparecer señales en playas y zonas pantanosas llamadas Bayú en Luisiana. La flora y fauna de la región están sufriendo la contaminación masivamente.

Esta semana, el petróleo parece haber manchado al mismo presidente Barack Obama, cuya administración ha sido atacada fuertemente por su respuesta ante la crisis. Parece que finalmente el primer mandatario va a hacer lo que en opinión de muchos debió haber hecho hace un mes: visitar la región. Cuando vaya este viernes habrán pasado un mes y ocho días y se habrán vertido casi 2 millones de galones de petróleo en el mar. Desde un punto de vista de percepción pública, la imagen del presidente Bush ausente mientras New Orleans se hundía bajo Katrina están muy frescas en la memoria colectiva. Y, por alguna razón, guardan mucha semejanza con la actual situación.

Foto cortesía de notionscapital via flickr