Hace 30 años fue tecnología de punta y, para orgullo de los galos, Made in France.
Hoy día, suplantado por internet, une su destino a la regla de cálculo y el carruaje: antigüedad, artículo obsoleto, que ocupa mucho más espacio de la utilidad que brinda.
Así, ha salido de circulación en Francia el Minitel.
Al presentar esta entrevista por Silvia Celi de Radio Francia Internacional con Philippe Nieuwourg, director del Museo de la Informática en París, y Jorge, un asiduo usuario del Minitel, recordamos un relato de memorias despertadas por una galletita remojada en una infusión.
Se trata de la narración autobiografíca de Marcel Proust, plazmada en 7 libros bajo el título “En busca del tiempo perdido”. En una escena, el narrador también llamado Marcel, recuerda que la primera vez que usó el teléfono, fue intensamente conmovido. “El aislamiento de la voz era como un símbolo, la evocación, una consecuencia directa de otro aislamiento, el de mi abuelita, separada de mí por primera vez”.
Eso fue a fines del siglo XIX: mucho ha acontecido desde aquellos días.
