Joseph R. Biden Jr. ha logrado una ventaja incuestionable sobre el presidente Trump en la carrera a La Casa Blanca en noviembre 2020, distanciándolo entre las mujeres y los votantes no blancos y realizando notables avances con algunos grupos tradicionalmente republicanos, quienes están rechazando al presidente a raíz de su ineficaz respuesta a la pandemia de coronavirus, indica una nueva encuesta nacional de votantes registrados realizada por The New York Times y Siena College.

Biden aventaja a Trump en 14 puntos porcentuales, obteniendo el 50% de la intención de voto en comparación con el 36% para Trump. Esa es una de las encuestas más bajas de la presidencia de Trump, y una señal de su desventaja en este momento de la lucha por un segundo mandato.

Similar conclusión la publica un análisis por la Economics Intelligence Unit de The Economist, indica NBC News. Las posibilidades de ganar las elecciones presidenciales de noviembre se han movido “firmemente” a favor del candidato demócrata, según los economistas.

La dinámica de la elección ha cambiado drásticamente en los últimos meses, y aunque señalan que será un enfrentamiento duro, “las probabilidades ahora han cambiado firmemente a favor de Biden”. “

¿Qué hace Trump, fuera de insultar a diestra y siniestra?  

Pero en cuatro largos años de escándalos el mundo ha cambiado drásticamente, dividiendo al público.

Primero su pésimo manejo de la pandemia que ha cobrado un saldo de 125,000 vidas, muchísimas de ellas innecesarias, ha cobrado un fuerte precios.

Además, la economía nunca benefició a las clases populares, como había prometido, pero los milmillonarios han quedado más ricos que nunca. Esto se ha visto claramente con la crisis económica, en que la gran mayoría de las familias no tenían ahorrado nada.

El racismo ha enfrentado un repudio popular, con movilizaciones multitudinarias en contra de los asesinatos policiales y del racismo sistémico que se vive en el país. 

Cientos de miles de ciudadanos negros, latinos, asiáticos y blancos de todos los sectores sociales están movilizados, ejerciendo enorme presión — hasta el punto que enormes corporaciones, como la NFL (football) y NASCAR (carreras de autos) igual que marcas están rechazando símbolos racistas, como la bandera de los estados de secesión. 

Igualmente, las banderas y demandas del progresivismo han atraído a cientos de miles de jóvenes, que se consideran socialistas demócratas, y que están cambiando desde las bases el mapa electoral del país. 
Y luego, escándalos. Primero el libro de John Bolton, ex asesor presidencial por 18 meses ha sacado al aire muchos trapos sucios — siendo quizás el peor de ellos sus afirmaciones de que Trump no entiende nada de nada. Su único interés parecería ser su reelección, dice.
 
Está desenfrenado. Para coronar, su sobrina Mary acaba de publicar un libro, poco halagador, “Too much and never enough”, que abogados del presidente están intentando parar en los tribunales.  
 
De todas maneras, no hay duda de que se filtraran excerptos y ello puede como resultado generar el rechazo de su base, desmoralizar a otros e impulsar al electorado que ha sufrido las políticas de Trum (víctimas del racismo, los recortes en servicios como la salud, quienes han visto que no progresan en la vida, a que salgan a votar). 
 
De todas maneras no se puede descartar a Trump. Y más de una vez, las encuestas en EUA han estado erradas.
 
 
 
 
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