En medio de la “grossatota bronca” como diría Mafalda, en que se ha convertido la política colombiana como resultado del enfrentamiento entre Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, el primero publicó una lista de contratos del Fondo para la Paz de la Presidencia de la República.

Juan Manuel UrrutiaAlmas querer misas. El uribismo en pleno y uno que otro ciudadano del común salieron a rasgarse las vestiduras, a preguntar, a cuestionar. Yo caí en la tramap y alcancé a mandar un mail titulado Apesta.

La Paloma de la Guerra habla del “carrusel de la paz”. Se menciona la palabra peculado. Vuela la mermelada. Todo esto en twitter.

La lista publicada incluye 29 páginas con los sumarios de los contratos celebrados entre el 1 de octubre y el 5 de diciembre de 2014, por el Fondo de Programas Especiales para la Paz de la Presidencia de la República. Hay de todo como en botica pero sobresalen contratos con once entidades que suman algo más de 29 mil millones de pesos. La mayoría de los contratos por la vía de la contratación directa, sin licitaciones ni concursos.

Extrañamente uno de los contratos de menor valía y tal vez uno de los menos cuestionables resultó siendo el más cuestionado.

Antanas MockusMe refiero al que se celebró con Visionarios la ONG que preside Antanas Mockus.

Por una lamentable coincidencia, según el súper ministro de la presidencia Néstor Humberto Martínez el objeto de dicho contrato era promover la movilización ciudadana y Antanas, a título personal dice él, anda promoviendo una marcha a favor de la vida. ¿Se parecen? Si.

Al ver la virulencia con que se dispararon insultos de parte y parte y leyendo cuidadosamente el objeto del contrato pensaría uno que por trayectoria y por sus posiciones radicales a favor de la vida tal vez estaríamos mejor si le hubiesen dado a Visionarios los 30 mil millones de pesos. Injusta la andanada contra Antanas Mockus pero justificable la suspicacia. La pregunta de si marcha es igual a movilización o de si la marcha es la movilización dejó a Mockus mal parado y sus explicaciones no fueron suficientes.

El escándalo reventó en twitter en la tarde/noche de lunes. Extrañamente ninguno de los noticieros de la noche ni El Tiempo mencionaron la noticia. El Espectador publicó la explicación que anexo. Y de lo demás silencio.

En Blu Radio le dedicaron mucho tiempo al contrato de Visionarios y al tema de la marcha, a lo demás nada. Las demás emisoras no las oigo.

Por ahí Semana.com publicó un refrito con el titular Los Contratos que Uribe no Puso en Twitter refiriéndose a contratos celebrados por la misma oficina, que no es invento de Santos y que dirige la misma persona desde el Gobierno de Andrés Pastrana, para apoyar las gestiones del entonces comisionado de paz Luis Carlos Restrepo.

Un triste momento del proceso de polarización que vivimos. Los adjetivos todos subidos de tono. Tanto los ataques de opositores como los ataques de los defensores que no defendían sino insultaban estaban totalmente fuera de tono.

Decir que a Mockus, que sufre de Parkinson, no se le entendía bien porque tenía la boca llena de mermelada es de mala leche.

Hablar de peculado sin pruebas es temerario.

Recordarle a Uribe sus contratos y los casos de las chuzadas y los falsos positivos no explica ni justifica lo que muchos cuestionamos.

Gente que respeto como Vladdo y la senadora Claudia López desencajados, insultando a diestra y siniestra sin presentar argumentos.

Otros caso que generó suspicacia es el de la Corporación Arco Iris, creada y que dirigía, al parecer ya no es parte de esta, León Valencia, desmovilizado del ELN y columnista de Semana.

León ValenciaValencia ha posado de analista independiente y ha sido un férreo defensor del proceso de paz y crítico de Álvaro Uribe. De nuevo si uno mira el objeto de dos de los contratos es posible que no haya en Colombia nadie mejor calificado para hablar con el ELN que los desmovilizados de esa guerrilla y León Valencia es uno de ellos. Lo que no gusta es la falta de transparencia. Y lo deja a uno pensando si se justifica gastarse más de trescientos millones de pesos en una celebración de un aniversario de unos acuerdos de paz que produjeron poca paz.

Foros de SemanaQué decir de los mil millones de la revista Semana. Esta revista se ha destacado por los Foros de Semana. El contrato parece tener como propósito que Semana organice ese tipo de foros para promover el proceso de paz. ¿Conflicto de intereses entre el gobierno y la revista del mejor amigo del Presidente y que dirige su sobrino?

La tapa de la olla y que nadie ha mencionado es el caso de la Federación Nacional de Cafeteros.

Con su dirección seriamente cuestionada por un sector de los caficultores federados y sobre todo por el movimiento de la Dignidad Cafetera recibieron la bicoca de un poco más de veinte mil millones de pesos para promover la paz en tres contratos diferentes con el mismo objeto. Que promuevan el café.

Quedan unas preguntas:

  • ¿En plena crisis fiscal mientras se tramitaba una reforma tributaria para tapar el hueco de 15 billones de pesos se justifica el tamaño de esta contratación?
  • ¿Por qué, en algunos casos se celebraron varios contratos con el mismo objeto, con la misma organización y al mismo tiempo? Cuando yo era Director del ICBF me dijeron que eso podía constituir fraccionamiento de contratos que es una de las modalidades del delito de celebración indebida de contratos, pero eso eran otros tiempos imagino
  • ¿Qué tan independiente acaba siendo una publicación o un comentarista o un activista contratado por el Estado para hacer lobby a favor del proceso de paz?

Mi pensao:

Claro que Mockus puede y debe diseñar talleres y encuentros para promover la cultura del buen trato, la civilidad, la defensa de la vida, el no todo vale, es decir sus ideales.

Claro que León Valencia debe asesorar el Gobierno en sus esfuerzos para montar al ELN en el tren de la Paz.

Claro que los foros de Semana son una excelente opción para promover los acuerdos de paz

No me parece que la FNC sea el mejor vehículo ni que se justifiquen los veinte mil millones de pesos.

Lástima que en Octubre no hubiera salido una noticia que dijera, “Mockus, León Valencia y Semana le apuestan a la paz, han sido contratados por el Fondo Paz, para promover la discusión y enriquecer el proceso de Paz” y todos y todas los que estamos a favor del proceso de paz hubiéramos quedado felicísimos y los furibistas se hubieran emberracado en octubre y no ahora.

Eso en Estados Unidos se llama disclosure, y uno sabe a qué atenerse.   Puede uno decidir libremente si va a la marcha convocada por Antanas, si sigue leyendo a León Valencia y si le sigue creyendo a Semana.

Ahora esperar que un Gobierno que le ha apostado todo su capital político a un proceso de paz no se gaste una platica haciéndole publicidad y que para eso contrate con los medios de mayor rating y con una agencia de publicidad de primera categoría es seguir creyendo en el niño Dios.

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