Se le advirtió, se le informó, se le recomendó, decía un personaje de la radio de cuando yo era chiquito en el show de Ebber Castro.
¿O no firmaron, qué fue lo que firmaron?
En realidad más que firmar, el Presidente de los colombianos y el comandante de las FARC EP, alias Timochenko, ambos de punta en blanco, anunciaron un acuerdo sobre uno de los puntos de la agenda. Testigo de excepción el Presidente de Cuba Raúl Castro.
Hubo otros testigos, entre ellos Roy Chaderton, el embajador de Venezuela en la OEA, cuya presencia duele.
La ceremonia lo haría a uno pensar que estaban firmando el acuerdo definitivo.
Comentar sobre el detalle del acuerdo que crea un mecanismo efectivo de justicia transicional alineado con los estándares de la justicia internacional antes de estudiarlo con calma es irresponsable. Ese comentario se lo quedo debiendo al lector.
Desde que comenzaron los diálogos de La Habana, defensores y críticos desde la academia y la intelectualidad sabían que el punto sobre la justicia transicional seria definitivo.
El gran caballo de batalla del Centro Democrático y del senador Uribe, se refiere a este punto del acuerdo. El constante llamado a la paz sin impunidad no es más que una anticipada crítica a cualquier cosa que se firme que no implique el sometimiento.
Y paz con sometimiento no existe.
A la paz se llega por el camino de la justicia transicional, de la verdad, del perdón, de la reparación y de la no repetición.
Y guste o no guste eso fue el acuerdo que nos anunciaron ayer.
El ex presidente Uribe se apresuró a reiterar su férrea oposición al acuerdo anunciado.
Y ahí estamos los colombianos.
Lo anunciado ayer tiene, no hay duda, transcendental importancia.
Ya existe un mecanismo de justicia, los colombianos sabemos que les espera a los guerrilleros, que les espera a los militares que se extralimitaron en cumplimiento de sus funciones. Sabemos que sapos nos tendremos que tragar y cuáles no.
Ya hay fecha definitiva. El Presidente Santos y Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el jefe máximo de las FARC EP anunciaron que han instruido a sus delegados para que el 23 de marzo de 2016 se firme un acuerdo final y definitivo
Se dieron la mano y se tomaron la foto que seis presidentes trataron de tomarse desde que Belisario Betancur firmó los acuerdos de la Uribe en los ochentas.
En la Habana, la silla no estaba vacía.
Salieron los “Spin doctors”
Cito al expresidente Andrés Pastrana, “este es un premio de montaña que hemos alcanzado”. Falta llegar a la meta final.
Los amigos de siempre están más amigos y los enemigos más enemigos.
Y esa es mi gran preocupación, insisto, lo acordado tiene que ser refrendado. De poco o nada sirve organizar, como lo está haciendo el Gobierno, un mecanismo de refrendación en el que sólo participarán los amigos.
