Tras una especie de descanso molinero, entre otras porque llevo dos semanas tratando de dirigir un programa en Burundi desde Bogotá lo que implica estar en línea a la una de la mañana para arrancar el día, se me ocurre la pregunta.
A mí me sacaron a las carreras de Bujumbura porque allá se armó la grossatotta bronca porque el presidente Pierre Nkurunzisa no quiere cumplir ni la Constitución ni los acuerdos de Arusha que llevaron al fin de una guerra civil de 12 años.
Hace una semana veía una entrevista en Hard Talk, un maravilloso programa de la BBC en que Stephen Sackur entrevistaba al ministro de información de Zimbabwe Jonathan Moyo, se daba uno cuenta que Robert Mugabe no se fue nunca.
Hoy va Andrés Pastrana para Venezuela a “defender” los derechos humanos que nuestra canciller se niega a defender. Derechos que están constantemente violados porque el maduro no se quiere ir.
Hace una semana una reunión de los jefes de Estado de África Occidental fracasó en un intento por limitar el número de períodos que un Jefe de Estado puede ejercer a dos. No se pusieron de acuerdo porque muchos no quieren irse.
Evo, la Kischner, a esa no soy capaz de decirle señora y el adjetivo que se merece sería una falta de respeto para mis lectoras, Daniel Ortega, y otros tiranos latinoamericanos se aferran al poder y cambian constituciones porque no se quieren ir. Ni qué hablar de los hermanos Castro, no los músicos que cantaban la “Flor de la Canene que en su pepe llevaba aromas de lisura que a su papa dejaba”, sino los amigos de las FARC y de maduro y de Juanpa
Hoy mismo el más corrupto de los corruptos, de la organización más corrupta de las corruptas, Sepp Blatter anuncia que no se va, que no se deja sacar, que no renuncia. Y ¿quién lo apoya?, la Confederación Africana de Fútbol, que no es que haya dado muestras de mucha transparencia que digamos.
No se van por cobardes.
Porque no resisten el juicio de sus gestiones ni los juicios a que deberán algún día someterse por todas las atrocidades, por todos los robos, por todos los actos de corrupción en que incurrieron y que cohonestaron.
Entonces se imaginan que quedándose podrán seguir tapando la porquería que los rodea y no dudan en untarse de más porquería para quedarse.
Al señor Nkurunzisa lo acusan de haberse comprado un avión que nunca llegó. Ahora además deberá responder por 20 muertos, hasta hoy.
Así cada uno de ellos acabará respondiendo por las porquerías que han hecho y por las que harán para quedarse otro ratico.
Como cada uno de esos tiranos que siempre dicen que no tienen nada que esconder, que se quedan porque su misión es salvar la patria, o la revolución o el cuento que se quieran inventar, el señor Blatter se va a hace reelegir mañana con el argumento que él no sabía nada de la corrupción y que va a salvar a FIFA de tal les horrores.
Obviamente otro que no vio el elefante en el almacén de porcelanas, ni las porcelanas rotas.
Y el tipo cree que le creemos
En cualquier organización que esté untada hasta el cogote, no darse cuenta de un esquema de corrupción que suma cerca de 150 millones de dólares, sería suficiente para que rodara la cabeza del presidente.
Ahora bien, el señor Platini, que es el dueño de la UEFA, de lejos la más poderosa de las confederaciones podría hacer algo más que rasgarse las vestiduras.
Algo grande por ejemplo retirar a la UEFA de la FIFA.
Separarse, escindir la FIFA, acabar con la sinvergüencería, o ¿Será que él también tiene rabo de paja? Tal como los ministros de Burundi y Zimbabwe y de Venezuela y de Argentina.
