Saving ItalyLa Segunda Guerra Mundial, no solo alteró el mapa de Europa, sino también llevó a cabo una redistribución de los tesoros artísticos que fueron la base de la civilización en una escala sin precedente, escribe Noah Charney de Daily Beast en una reseña del libro “Saving Italy”, de Robert M. Edsel, que narra los esfuerzos durante y después del conflicto por proteger y recuperar lo saqueado.

“Adolfo Hitler y su diputado Hermann Göring competían por ver quién robaba más. Göring ‘coleccionó’ una galería privada con miles de obras robadas, que exhibía en un pabellón de caza fuera de Berlin — un enorme santuario para su fallecida esposa — mientras que Hitler ordenaba el robo del arte tanto para su deleite personal como para el ‘super museo planeado que convertiría toda una ciudad de Austria para alojar todas las pieza de arte valiosas en el mundo”.

Con esto en mente, en 1943 los ejércitos aliados crearon el Programa de Archivos de Bellas Artes y Monumentos, que reunía a 400 soldados, en su mayoría historiadores y empleados de museos.

Se les llamaba los “Monument Men”.

Las órdenes de proteger y recuperar el arte venían desde las cúpulas del poder, dice.

Palabras del general Dwight D. Eisenhower, comandante supremo de los ejércitos aliados en Europa, en 1944:

En breve estaremos combatiendo, abriéndonos paso a través del continente de Europa en batallas por preservar nuestra civilización. Inevitablemente, en el camino de nuestro avance se encuentran monumentos históricos y centros culturales que simbolizan ante el mundo todo lo que estamos luchando por preservar. Es la responsabilidad de cada jefe proteger y respetar estos símbolos siempre que sea posible.

Los “Monument Men”, explica Noah Charney, hicieron labores de detectives en su búsqueda de obras robadas y escondidas.

Llegaban con la retaguardia de los ejércitos aliados, intentando salvar monumentos como Ponte Santa Trinita en Florencia, que los nazis volaron, o el monasterio de Monte Cassino.

“Saving Italy” descrinbe el saqueo de la galería Uffizi y la destrucción de vastas áreas de Florencia así como la de Camposanto en Pisa.

Y luego viene Monte Cassino, trágica batalla que entre enero y mayo de 1944 resultó en 50,000 bajas aliadas, 20,000 alemanes muertos y heridos, y el bombardeo con 1,400 toneladas de explosivos aliados del monasterio construido en el 529 por San Benedicto, cuyas paredes cubiertas de frescos eran un tesoro histórico. Los aliados pensaron que los alemanes estaban posocionados dentro del monasterio, pero sus trincheras se encontraban en otros sitios. No quedó piedra sobre piedra del monasterio.

Artículo en inglés

(National Archives and Records Administration, College Park, MD)
(National Archives and Records Administration, College Park, MD)