Por segundo día consecutivo, la tapa colocada para sellar el derrame de petróleo en el pozo de la BP en el Golfo de México se ha mantenido y el crudo ha dejado de fluir, según diversos informes.
La esperanza aumenta de que este arreglo temporal sea el comienzo de una solución permanente al problema que comenzó el 20 de abril pasado, al explotar la plataforma de perforación, matando a once trabajadores. En casi tres meses, se derramaron más de 92 millones de galones en el mar, causando daños al medio ambiente por generaciones, afectando las vidas de centenas de miles sino millones de personas, lesionando el prestigio político de la administración de Barack Obama.
El peligro que existe es que la tapa no pueda contener la presión que se está acumulando dentro del pozo.